Investigar para luego actuar, es lo justo
El caso de Paula Santana da lecciones
El 22 de febrero del 2024 fue encontrado el cuerpo de la joven Paula Santana Escalante, a pocos metros de donde laboraba.
Fue un crimen atroz, que afectó al país, que inmediatamente pidió justicia para la aspirante a azafata, de apenas 23 años de edad.
Dos muchachos que trabajaban en la misma empresa que Paula, Joaquín Hidalgo Marte y Alex Cruz Díaz, fueron acusados por el Ministerio Público por el hecho.
Siete meses más tarde, luego de vivir un calvario, amenazas de muerte para ellos y sus familiares, el caso fue archivado en septiembre del 2024 por falta de pruebas.
Pero las vidas de Joaquín y de Alex nunca volvieron a ser las mismas, primero por la irresponsabilidad de un ministerio público que actuó sin investigar y algunos irresponsables que inventaron historietas sobre ellos, incluso, instando a la población a lincharlos luego de haber sido puestos en libertad.
Hace unos días, Junior Lazarito Sánchez Martínez fue detenido y confesó el hecho.
Joaquín y Alex, mientras tanto, siguen viviendo el mismo infierno al que la fiscalía y los sinvergüenzas los sometieron. Alguien también debe pagar por eso.
