Al fin una opinión sensata
Pensar la educación como un sistema continuo y coherente
Por fin una opinión sensata irrumpe en el debate sobre la fusión del Ministerio de Educación y el de Educación Superior, y conviene decirlo con nombre y apellido: la plantea Arturo Del Villar, rector del INTEC. En medio del ruido corporativo, los reflejos defensivos y el apego casi sentimental a estructuras heredadas, su planteamiento recuerda lo esencial: la educación no se organiza para preservar ministerios, sino para formar talento y producir conocimiento útil para el país.
Se ha querido presentar a la República Dominicana como un caso singular que debe defender su "modelo" a toda costa. Y, en efecto, somos un caso único, pero no por razones virtuosas: figuramos en un listado brevísimo de países que mantienen un ministerio exclusivo de educación superior, como si la segmentación administrativa fuese sinónimo de calidad. No lo es. Decenas de naciones con sistemas educativos más robustos, universidades mejor posicionadas y mayor producción científica no sienten la necesidad de ese artificio institucional.
La idea de Del Villar es una invitación a repensar el sistema educativo como un continuo: desde la escuela hasta la universidad, desde la alfabetización temprana hasta la formación científica avanzada. Si el país aspira a competir en sectores intensivos en conocimiento, no puede seguir produciendo desconexiones entre niveles ni políticas que se ignoran entre sí.
