Abogados chicaneros esperando reos

La madre superiora, como la más vieja del convento, tenía razón: Sor, dijo que a todas.

Era un solo nombre y por mucho rato. Solo que de tanto rondar se volvió Rondón, y de pronto, todo un rolón. Aunque con la diferencia de que no es dulce ni se chupa, pero pinta con colores ocres.

Como de cárcel.

Ahora que la lista de la calle parece coincidir con la oficial, se tiene toda una constelación de estrellas, o dicho en términos de la antigua Unión Soviética, toda una nomenclatura.

Un señor predicador, con la pandereta al lado, leía tranquilamente su Biblia en la esquina derecha de la Procuraduría.

Era Lucas 13: 28, y más o menos decía, “aquí ( allí ) será el lloro y crujir de dientes...”. Aunque otro más práctico recordó la precuela de la serie Breaking Bad, Better Call Saul. Mejor llamar a Saúl, y -para los que no saben- Saúl es un abogado que se maneja al margen de la ley y con códigos impropios.

Y aunque no se crea, aquí abundan los Saúl, y con meses esperando la llamada. Ya verán.

Diario Libre