¿Cómo saldrá el Gobierno del slump?

No hay dudas de que en política las cábalas llenan su cometido. Por ejemplo, el caso Odebrecht afectó al gobierno de manera azarosa.

No tiene otra explicación, que un pelotero con excelentes números en campañas anteriores, o con buen entrenamiento de primavera, caiga en un slump tan profundo. No es que todo le sale mal, sino que tampoco surgen iniciativas, en ninguna de sus instancias, que rediman su suerte y vuelva a ser suya la ofensiva. La situación no sería para tanto, pero se advierte un hecho nuevo: La imprudencia anda como reina sin corona imponiendo dominio sin fueros conocidos.

Balaguer en su tiempo hubiera hecho profesión de cinismo y atribuido a fuerzas incontrolables toda ocurrencia sin justificación.

Incontrolable el coronel de Moca o las bombas lacrimógenas a los diputados que fueron a la Procuraduría a hacer del cuerpo una vaina, y nada de cuerpo y sí todo una vaina. Chivos expiatorios, cabezas de turco, invenciones de época, se hacen necesarios en estos momentos, pues no conviene confiarse al destino, si el mal de ojo se cura en los patios. A menos que sea pecho apretado, que para eso sí que no existe ensalmo.

Diario Libre