Con el corrupto detrás de la oreja

Uno de los tantos presidentes en funciones que tiene el PRM criticó la libertad de Víctor Díaz y Ángel Rondón, olvidando que el presidente titular de ese partido, Andrés Bautista, fue compañero de infortunio.

Que la justicia se quitó la venda para limpiarse el ojo derecho y advirtió que las comadronas no discriminan al muchacho por feo.

En el sitio andan juntos y al aire libre los burros y los conejos y ninguno se atreve a llamar al otro orejudo. Se les reiría el campo. Un fallo que revisa un fallo es como el bateador que se golpea a sí mismo. La clásica mordida de perro que aparentemente no duele porque es parte del juego. Así como la política toma en sus brazos y cuida a propios y extraños. Lo hizo primero con unos y ahora con otros. Incluso era previsible, cuestión de tiempo y de circunstancia. El cinismo no se esconde, se expone. Si se observa el fuego desde la casa del vecino se apreciará que entre bomberos no se pisan la manguera.

Entre las consecuencias inmediatas de Odebrecht se cuenta lo peor: La corrupción se pierde como arma arrojadiza de un partido a otro.

Todos tienen su corrupto detrás de la oreja.

Diario Libre