¿Conquistando? a jóvenes y mujeres...
Usan la música, pero no toda vale para todos
Los políticos dominicanos han descubierto ahora a los jóvenes y a las mujeres como si fueran el oro de California de este tiempo.
Y como sería fácil suponer, quieren esas riquezas. Si la Barrick Gold pudo ¿por qué ellos no?
Lo malo es que ya no basta con instalarse en el territorio o afanarse con pico y pala. Ahora se hace necesario aplicar tecnología.
Las mujeres y los jóvenes tampoco se hacen indiferentes al fenómeno, y de muchas maneras lo aprovechan, o inscribiéndose al partido o aspirando a una posición electiva.
Hasta ahí todo bien: salen a buscarse y se encuentran a medio camino. No obstante, llama la atención el tipo de flirteo de los políticos con los jóvenes, y también con las mujeres, creyéndolos incautos, tontos para el engaño.
La trampa sería la música, el ritmo. La falla estaría en considerarlos iguales y no hacer la distinción de origen, de procedencia. Pensar que los gustos de un joven de barrio serían los mismos de uno universitario. Que la información o la formación no importan.
Que la pasión lo sería todo, y más el celofán que el regalo o el suspiro que el bizcocho. El bolero y no que lo cante Luis Miguel.