Cuidado con la reforma constitucional

El país no avanza institucionalmente porque su clase dirigente se la pasa modificando la Constitución. Cuando no es por Juan, es por Juana, o por su hermana. Ahora se discute de primarias y no de reelección, porque para hablar con propiedad de la reelección habría que reformar la Ley de leyes. Sin embargo, como la magia es un arte, y el británico ya no es flemático, sino chapeador, surge una idea que crea condiciones para que la Carta Magna pueda revisarse. No para consignar la reelección, eso nunca en la vida, sino para excluir al Procurador del Consejo Nacional de la Magistratura.

La Constitución, que vive al acecho de los políticos, manda a decir que se recuerden que la Asamblea Revisora es muy casquivana.

El decreto podría decirlo, la ley ordenarlo, pero el revisor se hace el loco y dispone a su antojo. La Asamblea, como los personajes de novela rusa, toma vida propia y establece régimen por su cuenta.

La iniciativa de dejar al Procurador fuera de la Magistratura caería como anillo al dedo. Sería como un pasaje de tren, gratis por demás, para los reeleccionistas.

Danilo inventó la suerte.

Diario Libre