El acuerdo con Odebrecht no cayó bien

La fórmula antigua era “cuarto en manos...”, pero ahora se permite el crédito, el pago a largo plazo, que no siempre hay fondos disponibles.

Lo de Odebrecht puede interpretarse en ese orden: te adelanto 30, y el resto en 8 años, y no hay peligro de escape, pues seguiremos haciendo negocios.

Todo acuerdo hace ley entre partes, de manera que si la Procuraduría firmó y recibió el dinero, como todavía canta Aznavour: finí, finí, finí. Nada que alegar, y nada de quejarse hasta dentro de 8 años.

Eso entre ellos, claro está, que en la calle otro es el pregón y con ritmo tropical: pónmela ahí que la vua a partir.

Sin embargo, debiera averiguarse, pues se lamenta el monto, pero también el fiao. Y lo primero, aunque es el doble de lo sobornado, no incluye intereses ni daños y perjuicios que los hubo, pero lo segundo no.

Los grandes pagos que se registran en casos parecidos nunca son al contado, se establecen plazos y se prorratean las cantidades, y mucho más con la pobre Odebrecht, que tiene reclamos por todas partes.

¿Podrá conformarse la gente con la viveza del campo de que es mejor paloma en mano que cien volando?

Diario Libre