El descuido de la Cámara de Cuentas

El dominicano lo sabe todo, pero le gusta que le digan las cosas, aunque sea para confirmar o refutar si no se corresponde con su percepción.

Ahora todo el mundo conocía lo manga por hombro de la Omsa, y la Cámara de Cuentas, con su auditoría, solo vino a comprobar lo que era vox populi. Sin embargo, hubo de morir una persona que sí realmente sabía lo que estaba pasando, y que lo supo porque lo averiguó.

Pensando como lo locos y hablando como en el manicomio, ¿no pudieron haberse descubierto esos manejos antes y evitar la muerte y el escándalo?

La Cámara de Cuentas hizo la indagatoria y puso todo en claro, pero solamente después de que la apoderaran oficialmente y la presionaran públicamente para que concluyera la tarea. Ese no debiera ser el procedimiento, pues aunque lo hizo en la ocasión, su papel no es propiamente de auxiliar de la Justicia. Sería adelantarse a los acontecimientos, determinar cuándo se le pone mano a la masa y evitar que se la metan en un bolsillo y se la lleven para la casa.

Fue mucho el descuido, y ese descuido se replica en cada dependencia pública, donde no hay candado y el gato anda sin cascabel.

Diario Libre