El PLD no puede con sus fantasmas

Los peledeístas hace tiempo que se las desean y quieren subir los principios al cuadrilátero. Pacquiao contra Horn, por ejemplo. Pero a poco se arrepienten y se quedan haciendo sombra.

La idea es que el partido vuelva a la situación de sus inicios y cuando Juan Bosch. Todos eran pobres y honestos y con autoridad moral para acusar y descalificar a todo el mundo. Los que una vez escupían hacia arriba sin que la saliva les cayera en la cara, saben que ahora no sería lo mismo. Con tanta edad y exceso de peso no pueden rodar con la agilidad de antes.

Los principios son como el río de Heráclito: nadie puede bañarse dos veces en sus mismas aguas. Ni aun perdiendo el poder, recuperarían la condición de misioneros.

Neruda, siempre de boina, o a la sombra de la mata de limoncillos, haría de su verso oficioso una sentencia: “Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos”.

Incluso y ante todo la geografía. Empezó en una vieja casona del Gascue señorial y con los años de poder se hizo de toda la manzana.

El destino manifiesto no puede ser la liberación dominicana, sino liberarse de fantasmas imposibles. Que nadie compra espejo para verse feo.

Diario Libre