El transfuguismo de estos días

Todo el mundo tiene derecho a irse de donde no se sienta bien y establecerse en un lugar más apropiado, más de su gusto.

Un derecho universal y que universalmente se ejerce, sea en cuanto a territorio o a militancia política. Aquí se da de manera frecuente y continua.

Entre las características del dominicano de estos días está la vocación migratoria y las encuestas refieren el alto porcentaje que quiere dejar el país.

En política está ocurriendo algo similar. Cada vez un mayor número no se siente satisfecho en el partido de su preferencia y elección y cambia de opinión y da el salto.

El hecho intriga, pero no por el cambio de chaqueta, sino que se haga en circunstancia electoral, cuando se avecinan dos consultas.

Estos trashumantes de la política no explican sus justas razones, sus motivos reales y solo denigran a su antigua organización en la que estuvieron por años.

¿Cómo es que ahora, cercano a las municipales y presidenciales, se les ilumina la mente y despierta la conciencia y cruzan el río que antes les era extraño?

¡Ay, Julio César, cuánto daño hiciste a la política mojando tus pies en las aguas del Rubicón!

Diario Libre

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