¿Era necesario levantar la inmunidad?

¿Por qué la Suprema solicitó a las cámaras el levantamiento de la inmunidad a los legisladores imputados en el caso Odebrecht?

¿Por qué las cámaras no accedieron al pedido y mantuvieron a buen recaudo a Julio César Valentín, Tommy Galán y Alfredo Pacheco?

Como pudo verse, el privilegio no fue óbice para que las instancias del Ministerio Público y de la justicia actuaran como imponía la ley. Además, si casi todos andan sueltos, la aprehensión corporal no era el elemento más importante ni lo más decisivo en las medidas de coerción.

No puede decirse que la Suprema se movió por capricho, como tampoco que en las cámaras primó el espíritu de cuerpo, el curarse en salud.

Los hechos son los hechos, y la circunstancia se revela y rebela. Del ánimo primero de “caiga quien caiga” y “hasta las últimas consecuencias” no queda ni el rubor.

¿Por qué mantenerse en el agua sin salvavidas si el cansancio de nadar ahoga? Mejor confiarse a los Guardianes de la Bahía.

Esto es, las cámaras en traje de baño y corriendo como 911 por la playa.

Diario Libre