Haciéndose los locos con la Ley...

La ley es de aplicación general y para saberlo no hay que ser abogado, y vale igual para el gobierno como para la oposición.

Sin embargo, la venda que la justicia no se pone, con la ley se usa en un solo ojo como los piratas y con guacamayo en el hombro.

La legislación de Partidos y Electoral es un espejo oportuno. La oposición quisiera que fuera una camisa de fuerza de la que el gobierno no pueda zafarse, y si loco, todo el tiempo controlado.

El gobierno quisiera que no lo tocaran ni con el pétalo de una rosa, y no es que sea loco, pero se hace el sinvergüenza y se resiste a que le restrinjan su espacio de poder.

Una vieja discusión en que cada cual ataca y defiende a su manera, un forcejeo en que ninguno llevará la peor parte, pues los órganos permiten el juego de cabeza.

Aunque hay situaciones que se repiten y no debieran darse. La del candidato que no renuncia a la posición que ocupa, violando prescripciones establecidas.

Uno supone que en estos casos se impone el “atento a mí”, una de las tantas formas que tienen las hormigas de joderse cuando les crecen alas.

Hay ejemplos.

Diario Libre

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