Hasta con el cambio quieren morbo...
Si el tema fue pactado, ¿cuál es el problema?
Diario Libre
Los políticos se montan en cualquier guagua, basta con que les pase por el lado, y sin conocer ruta ni destino final. Con apearse en la próxima esquina resuelven la equivocación. Así con el debate que da vueltas, pero que siempre sobre lo mismo. Ojalá que el cambio sea gatopardo y no elimine la ociosidad.
Ese discurrir al estilo de los Sabios de Bizancio es lo que mantiene viva la democracia de este país. No se toma el fresco del parque ni las cafeterías acogen las tertulias de antes, pero en los medios – tan plurales y diversos – la quisquilla hace maravillas.
La consigna del nuevo gobierno es el cambio, así como del antiguo régimen fue hacer lo que nunca se había hecho. Danilo asume la primera y se supone que agotó la segunda.
La inteligentzia nacional sin embargo no acepta variación en el guión de la transición y de la juramentación. Quiere al mandatario cruzado de brazos y presente en la ceremonia del Congreso.
Entonces se cuentan las razones como si fuera Austin, y cada cual más lúcida, cuando la cuestión es la más simple de todas.
La conocen Paliza y Peralta. Peralta propuso, Paliza no replicó, y difícilmente Pompeo call again.
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