¿La Cámara lloró para luego mamar?

Instituciones, y por igual personalidades, deben recortar de los periódicos las declaraciones que dan o las informaciones que se publican.

Se da el caso en muchas ocasiones que sin querer, o no advertirse a sí mismas, confunden a lectores de buena fe o con excelente memoria.

Incluso dan lugar a equívocos, a que se piense una cosa cuando puede ser la contraria, creando situaciones que pueden considerarse fraude de imagen.

Por ejemplo. Se leyó que la Cámara de Cuentas no podía auditar las obras construidas por Odebrecht por falta de recursos o de personal calificado y suficiente. Más o menos esa fue la impresión que se tuvo cuando se solicitó un arqueo de las cuentas y manejos de la OMSA, después del escándalo y el asesinato del abogado. Ahora, sin embargo, se da lo inverso. Ambas encomiendas se llevan a cabo, con la eficiencia debida, y hasta con fecha de entrega de los resultados. ¿Qué pasó para que se dijera una cosa y se hiciera otra? La verdad es que no se sabe, a menos que los responsables aclaren, pues en lo que hacha iba y ahora viene, la comisión que estudia el Presupuesto decidió mejorar sus partidas.

¿Acaso ese era el propósito?

Diario Libre