Los decretos salen si alguien muere

¡Qué cosa! Vieron al Cabo, personaje de la serie El Cartel de los Sapos, repitiendo una de sus frases más memorables: “Al que le toca, le toca”.

Ahora le tocó a la OMSA.

Pero antes a la OISOE, al CEA, y vale mencionar estas dos, pues sus expedientes incluyeron muertes, o directas o colaterales.

El muerto va a obligar a hacer lo que no se quiso hacer en otro momento: un escrutinio profundo de sus finanzas, un esclarecimiento de sus manejos y la comprobación de sus irregularidades. De la OMSA, digo.

La denuncia se quedó en el aire, volando como paloma sin dueño, hasta que ese flujo de viento se convirtió en ráfaga. En el bosque, cuando no es de madera, se le tira a todo lo que se mueve.

¿Cómo podrá mantenerse la indiferencia y no reaccionar ante la paloma ya herida y en manos del encargado de la foresta?

La gente recuerda los decretos de entonces (en OISOE, CEA, y también CORDE) y conociendo la epidermis del jefe, se sabía que el decreto bajaría rápido y veloz, aunque fuese amargo como el aceite de ricino.

Diario Libre