Luis Abinader se maneja sin señas...
El tuit resuelve a uno pero apena a otros...
Los nombramientos en el futuro gobierno son de selección única y los beneficiarios no tienen que padecer las angustias de los nominados al premio Óscar.
Estos últimos solo aseguran participación porque del escrutinio se ocupan otros, y la suerte como el buen juicio son apuestas ciegas.
El tuit de Luis no se sale de ruta, aunque un escarceo entre feministas da a entender que al Ministerio de la Mujer iba otra activista y hubo que apearla de la carroza.
El presidente electo aparentemente está enterado de las ocurrencias de Grandes Ligas y de que el equipo de Houston se robaba las señas.
Se maneja sin señas, y esa situación afecta y provoca sufrimiento en quienes no lo interpretan adecuadamente y se apresuran.
La paciencia es una virtud de escasa vegetación.
Hasta ahora radio Bemba y las redes no se han salido del tiesto. Ha habido notas falsas, pero pocas, y lo que es más importante: la maldad sigue en la gatera.
Cuando la mezquindad sale a pista, jinete y caballo van tan alante que cruzan la meta antes de que se produzca la obra indigna.
Los intentos fallidos se cuentan por varios.