Ni parientes ni dolientes

Pasaron 19 años de la muerte de Balaguer, y todavía Gardel sigue cantando que 20 no son nada. Depende, Gardel, depende.

Los 19 de Balaguer no son los de Florita, y mucho menos si se le mira desde la política. En ese poco tiempo, de todo lo que acumuló, solo queda el recuerdo.

Sus herederos políticos dilapidaron una gran fortuna, y de gobierno nada, pero de partido tampoco. Se consume en su propia tinta, aunque sin agonía.

Ni parientes ni dolientes. Una desgracia inmensa.

Una vez la votación no le daba para mantenerse entre los grandes y aprovecharse en el reparto de los fondos del Presupuesto.

Con habilidad y complacencia pasó la prueba de manera artificiosa, pues si no por alianza, por complicidad.

Ahora no.

La Fuerza del Pueblo atajó y el PRD, ya sin soga, enlazó. Queda entre los primeros habiendo sido de los últimos; y como banca de apuesta, ríe.

El PRSC ni se atrevió, y no por sus menguados resultados, que ese recoqueo daba para todos, sino por incuria.

Por sangre cansada.

El Partido Reformista es un carro abandonado, y peor: no aparece grúa que lo cargue y lo lleve al taller. Solo y a la intemperie le dará pulmonía, y de la mala.

Diario Libre

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