¿Qué pasará con el Plan Social?
Como dice la canción: nadita de nada...
Una cosa es Iris Guaba como encargada y otra el Plan Social de la Presidencia. La primera se quita con un decreto, la segunda con una ley.
Hasta que Guaba no se salió del tiesto y reaccionó de manera inadecuada, al ser agarrada con la mano en la masa, la asistencia oficial no era piedra de escándalo.
Ahora se sabe por qué: como la Lotería Nacional, era amiga del pobre y del rico, daba al chiquito, pero también al grande. Al que no tenía y al que sí podía.
Era de la Presidencia, del Ejecutivo, pero eran tantas cajas que no podía repartirlas todas y procuraba el concurso de senadores y diputados.
Es decir del Legislativo.
No debe exagerarse la nota o decir lo impropio, pero esa picardía entre Ejecutivo y Legislativo, además de sospechosa, pecaminosa.
Peor todavía: tomaban casi por igual los congresistas del Gobierno y los de la oposición. Tampoco puede pensarse que lo cobraban, pero sí resulta que callaban. Aunque ahora se protesta la inequidad, pues a uno de oposición 300 cajas y a uno oficialista 750, una notoria diferencia.
Ante lo indudable ¿qué pasará con el Plan Social? El experto José-José dice que “nada de nada”. ¡Tócala otra vez!