Si de Brasil no vienen nombres...

No es dilema, sino simple inquietud.

¿Qué sería más apropiado, reforzar las bases del altar o amarrar los santos ante la posibilidad de que las revelaciones de Brasil sean más potentes que un terremoto japonés?

La clase política brasileña no puede con su alma y teme que las confesiones de Marcelo tengan la fuerza de un tsunami y cubran y ahoguen todo territorio de poder.

Temer, el presidente, prepara o desde ya se guarece en un bunker, como Hitler y Churchill en la Segunda Guerra Mundial. Y todos para prevenir ataques inesperados.

Aquí habrá de hacerse otro tanto, pues si Jean Alain regresa en caballo encabritado y no en burrito sabanero, o se cae el altar entero o todos los santos se irán al suelo.

Los que conocen intimidades o saben de detalles auguran lo peor para el sistema político dominicano, y consideran que no será tanto el temblor, como las réplicas.

Se darán nombres que tienen hechas, pero sus cercanos con ascendiente político no podrán vivir con las sospechas, pues en el juego de adultos unos meten la manita, pero es porque otros mueven la fundita.

Diario Libre