Si no pudieron con una, imagínense...

La Bicameral tendrá que explicar mejor por qué se guardó la pelota y no lanzó a primera. El batazo fue incómodo, pero no tanto para hacer imposible la jugada.

También tendrá que explicar por qué durante todos estos meses no puso uniforme a la Ley Electoral y la colocó como bateador designado.

La Electoral, dicen los expertos, es más importante que la de Partidos, y una no podría funcionar sin la otra. Incluso, en la discusión de estos días, los propios comisionados la confunden. En términos reales, es un remanente de la Constitución del 2010, y el atraso es una de las tantas situaciones ilógicas, pues desde entonces los mandos del país están en las mismas manos.

PLD en el Ejecutivo, PLD en el Congreso, y dueño de la pelota, el guante, el bate, el estadio y el campeonato. Sólo los fanáticos se comparten.

Con el precedente de la Ley de Partidos, no hay que hacerse muchas ilusiones con la Ley Electoral. Si desde el 2011 se va y se viene con 77 artículos, hay que suponerse lo que será con 244.

Mucho más si se considera el consabido extra inning de los líderes, que no aceptan la máxima de Yogi Berra de que el juego se acaba cuando termina.

Diario Libre