Todos a una: no quieren la ley...

En el juego de las caretas cada cual juega a su manera y de forma diversa. Unos por voluntad propia, otros por efecto gravedad y los más por circunstancia. Pero de que caen, caen, y como fuere, siempre aparece el rostro de lo avieso.

La Ley de Partidos sería más que demostración, comprobación. Durante todo este último tiempo un juego artero, en que nadie decía lo verdadero. Solo se acusaba y se conjeturaban ventajas, aunque los sectores jugaban al tranque, y de tanto tranque, el tranque se impuso.

En el fin de semana se conjeturó todo lo posible, pero quedó claro o en claro que peledeístas y perremeístas no irán más de la mano.

Como en todo o con todo no se sabrá si fue por este o por aquel, pues antes que tirar la piedra, todos esconden la mano.

En el fondo, muy al fondo, o donde se juntan las piedras o se enredan las algas, en lo duro o en lo oscuro, la impresión no deja dudas. No se quiere la legislación.

El maco le dijo que no a la cacata y la cacata se sintió dichosa, pues le atormentaba lo contra natura, del mismo modo que la contraparte temía una desgracia mayor.

Y lo más importante, sin careta no habrá carnaval.

Diario Libre