Un plan de desarme mal armado
Si estuviera listo no se pospondría
?No lo van a decir, y tampoco hace falta: el plan de desarme tiene problemas en el diseño y después en la aplicación.
Si estuviera listo, no se pospondría, sino que se iría al fuego a la lata. ¿Qué tendrá el 9 de junio que no ayer 16 de mayo ?
Se anunció con bombos y platillos, los bombos se mantienen, pero los platillos no suenan. Bombos, por ejemplo: decir que será un referente, no en el país, sino en todo el continente.
No se explica, pues se cuenta con la asistencia de expertos de España, de Colombia, y de seguro, de Estados Unidos.
El referente -por tanto- debe ser España, Colombia y Estados Unidos. Entonces ¿a qué viene el aguaje, si de aguaje se está harto ?
El planteamiento es ideal, y por ideal parece imposible. Lo que se busca no es desarmar a la gente, sino que la gente por voluntad propia se desarme.
La impresión que se tiene es que las autoridades no saben lo que cuesta un arma en la calle: toda una fortuna.
Nadie, pues, va a cambiarla por un bono de comida, que arroz y habichuelas nunca falta en el plato. ¡Mejoren la oferta, please!