¡Una quincena sin política!

¡Oh Dios, 15 días sin política! ¿Será verdad tanta belleza? El refranero pierde entonación, pero si la mantuviera diría que “no hay mal que por bien no venga”.

La política de estos días es menudencia propia de niveles bajos: largas marchas, concentraciones pequeñas, pero sobre todo los infames pica pollos y los vergonzosos 500 pesos del pasaje.

Esos trucos por ahora no irán, y aunque las suspensiones se cargan al coronavirus, salvan de paso el estrés, que en muchos sería el cuatro.

Afecta sin duda al PRM que empalagaba con su triunfo resonante y salva al PLD que escondía las lágrimas alegando un empate más bien trampa de pizarra.

La Semana Santa adelantada sí permitirá reflexionar, y posiblemente convenga a la política, a los partidos, a los candidatos y a la campaña.

Una quincena, 15 días que no se sabe cómo se cobrará, será tiempo adecuado, aunque tal vez no suficiente, para repensarlo todo.

Pues ese todo tiene explicación lógica, incluso previsible, y no bastarán los regaños de “te lo dije” o creer que santa María está detrás de la puerta todos los días.

El turno único será de las bocinas, y también de las cornetas.

Diario Libre

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