Vuelta al can de los independientes

En la escogencia de los miembros del Tribunal Superior Electoral, seguro se volverá al can de los independientes. Los políticos de la secreta.

Así fue con todas y cada una de las llamadas altas cortes que fueron conformadas en el tiempo del cambio, y no existe razón para que se modifique esa política oficial.

Aunque con el Defensor del Pueblo la suspicacia provoca terror. Se supone, pero sobre todo se teme.

Sin embargo, con el TSE se necesitan mayores rigores, viendo la actual experiencia de que se convirtió en una olla de grillos.

Hay que ponerla al fuego para que no sobreviva uno, si la discordia no fuera de egos, sino por quedarse y repetir mandato.

Pero también tener cuidado en la selección de que sea gente afable, que sepa convivir, hacer equipo y trabajar en mancomunidad y no arañas de patio que pican como cacatas.

En un país sin árbitros, lo contencioso debe asumirse como categoría superior, y personas que no se entiendan entre sí no pueden dar fallos justos y confiables.

No viene en el manual y sería bueno tenerlo en cuenta a la hora de armar el mueble. Procurar que la armonía provea comodidad.

Si no es mucho pedir.

Diario Libre

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