Ed. - Piénsenlo bien
La disposición de la Junta Central Electoral de fiscalizar las primarias de los partidos políticos podrá estar llena de toda la buena intención del mundo, pero vista a priori, es un error.
En primer lugar envolvería a la JCE, que debe ser árbitro del todo, en las querellas intestinas de las partes, lo que la desviaría de sus finalidades esenciales.
En segundo lugar, todo candidato interno derrotado lo atribuirá a la JCE y le hará la vida imposible tratando de crear en el electorado parcialidades que posiblemente no existan, pero vivimos de percepciones.
Asimismo, unas elecciones con candidatos bendecidos con decisiones de la JCE, podría perder gran parte de la legitimidad, dado que este pueblo es demasiado "culebro" y las ha visto todas.
Insistimos, apostamos a la buena fe de la Junta, pero debieran pensarlo mejor.
En primer lugar envolvería a la JCE, que debe ser árbitro del todo, en las querellas intestinas de las partes, lo que la desviaría de sus finalidades esenciales.
En segundo lugar, todo candidato interno derrotado lo atribuirá a la JCE y le hará la vida imposible tratando de crear en el electorado parcialidades que posiblemente no existan, pero vivimos de percepciones.
Asimismo, unas elecciones con candidatos bendecidos con decisiones de la JCE, podría perder gran parte de la legitimidad, dado que este pueblo es demasiado "culebro" y las ha visto todas.
Insistimos, apostamos a la buena fe de la Junta, pero debieran pensarlo mejor.
Diario Libre
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