La lección de Senasa
El escándalo de Senasa desnuda el clientelismo como método de gobierno en el país
Lo ocurrido en Senasa es, sin matices, escandaloso. No solo por las cifras que empiezan a conocerse ni por el número de detenidos, sino porque vuelve a desnudar un problema más hondo que cualquier expediente penal: el reparto de posiciones públicas como botín partidario. El clientelismo, convertido en método de gobierno durante décadas, ha colonizado instituciones que requieren pericia técnica y criterios profesionales, no lealtades coyunturales ni favores acumulados en campañas.
Conviene preguntar, con serenidad pero sin ingenuidad: ¿cuál de los hoy imputados es realmente experto en administración de sistemas de salud? ¿Quién llegó por mérito y quién por los turnos de un sistema de reparto que tanto daño ha hecho a la institucionalidad dominicana? Cuando los nombramientos se deciden por cuotas, tarde o temprano la factura la paga el Estado... y la población.
Dicho esto, importa subrayar lo esencial: toda persona tiene derecho a la presunción de inocencia. La justicia debe actuar sin precipitaciones, sin circo y sin interferencias políticas. Que investigue, que acuse cuando corresponda y que archive cuando proceda.
Ojalá este caso marque un punto de inflexión. Y confiemos, con moderado optimismo, en que antes de que termine el siglo entendamos que la profesionalización no es un lujo, sino una garantía mínima de buen gobierno.
