×
Versión Impresa
versión impresa
Secciones
Última Hora
Podcasts
Encuestas
Servicios
Plaza Libre
Efemérides
Cumpleaños
RSS
Juegos
Herramientas
Más
Contáctanos
Sobre Diario Libre
Aviso Legal
Redes Sociales

Un discurso poderoso

El premio a María Corina Machado reafirma la democracia como antídoto a la violencia

El discurso pronunciado en Oslo por Jørgen Watne Frydnes, presidente del Comité Noruego del Premio Nobel, honra la tradición moral del galardón y la eleva. No fue una pieza protocolar ni un elogio cómodo. Fue una acusación precisa contra el autoritarismo venezolano y, al mismo tiempo, una defensa lúcida de la democracia como condición de la paz.

Al poner nombres y rostros, el orador evitó la abstracción en la que suelen refugiarse las cancillerías. Recordó que las dictaduras no son conceptos, sino sistemas que destruyen vidas concretas, familias, futuros. Su relato estremeció porque estuvo anclado en hechos documentados y porque rechazó la coartada del relativismo ideológico que tantas veces paraliza a la comunidad internacional.

Frydnes fue claro: paz sin justicia no es paz, diálogo sin verdad no es reconciliación. Y fue más lejos al señalar la complicidad pasiva de quienes, desde democracias seguras, exigen purezas imposibles a quienes resisten bajo una tiranía, mientras toleran la brutalidad del poder.

Al otorgar el Nobel a María Corina Machado, el Comité reafirma una idea esencial y hoy amenazada: la democracia no es un lujo occidental ni una consigna retórica, sino el instrumento más eficaz para contener la violencia y preservar la dignidad humana. Ese mensaje, pronunciado con sobriedad y coraje, devuelve al Nobel su sentido más alto.

 

El discurso pronunciado en Oslo por Jørgen Watne Frydnes, presidente del Comité Noruego del Premio Nobel, honra la tradición moral del galardón y la eleva. No fue una pieza protocolar ni un elogio cómodo. Fue una acusación precisa contra el autoritarismo venezolano y, al mismo tiempo, una defensa lúcida de la democracia como condición de la paz.

Al poner nombres y rostros, el orador evitó la abstracción en la que suelen refugiarse las cancillerías. Recordó que las dictaduras no son conceptos, sino sistemas que destruyen vidas concretas, familias, futuros. Su relato estremeció porque estuvo anclado en hechos documentados y porque rechazó la coartada del relativismo ideológico que tantas veces paraliza a la comunidad internacional.

Frydnes fue claro: paz sin justicia no es paz, diálogo sin verdad no es reconciliación. Y fue más lejos al señalar la complicidad pasiva de quienes, desde democracias seguras, exigen purezas imposibles a quienes resisten bajo una tiranía, mientras toleran la brutalidad del poder.

Al otorgar el Nobel a María Corina Machado, el Comité reafirma una idea esencial y hoy amenazada: la democracia no es un lujo occidental ni una consigna retórica, sino el instrumento más eficaz para contener la violencia y preservar la dignidad humana. Ese mensaje, pronunciado con sobriedad y coraje, devuelve al Nobel su sentido más alto.

TEMAS -

Periódico líder de República Dominicana centrado en las noticias generales y el periodismo innovador.