Haití

De nuevo la violencia se asoma a las calles de Haití. Aunque los mensajes de las fuerzas armadas dominicanas se enfocan siempre en tranquilizar y asegurar el refuerzo de su presencia en la frontera, es indudable que nuestro país debe mantenerse alerta. Nada de lo que ocurre en Haití nos es ni debe ser ajeno.

El tema que ha provocado el estallido es también motivo de reflexión y puede llegar a tener consecuencias locales. La corrupción que los manifestantes denuncian sobre el manejo de los fondos de Petrocaribe deberá ser aclarada.

La corrupción, y más específicamente, la sensibilidad y preocupación de la población acerca de la corrupción ha cambiado en toda Latinoamérica y ya sea relacionada a empresas privadas como Odebrecht o a programas públicos como Petrocaribe deberá tener una respuesta a las demandas de justicia de la población.

Las revueltas populares haitianas son siempre violentas y de difícil interpretación. Por la naturaleza y complejidad de las relaciones bilaterales entre los dos países las autoridades dominicanas deben prestar la máxima atención a su desarrollo.

Diario Libre