La bandera
Los dominicanos insistimos en colocar la bandera tan alto que nadie la pueda usar, y vivimos creando normas para protegerla de usos populares, mientras en los países desarrollados se piensa de manera distinta.
En Estados Unidos, en Inglaterra, los ciudadanos aman su bandera más que nosotros. En los desfiles dominicanos en Nueva York, por ejemplo, es hermoso observar a los dominicanos con la bandera de pañuelo en sus cabezas, o en una camiseta. Nadie se ofende por eso, sino que, al contrario, el usarla es una demostración de orgullo patrio.
En nuestro país, que queremos prohibirlo todo, gracias a nuestra herencia autoritaria, sin embargo, no podemos impedir que entierren a un delincuente cubierto con la bandera, pero obstaculizamos otros usos que acercarían nuestra bandera al corazón de la gente.
Permitamos que los dominicanos acaricien su bandera de la forma que quieran, siempre en forma apropiada, y eduquemos al pueblo en que ese símbolo patrio no es para delincuentes.
Diario Libre
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