La mejor defensa
El hecho de que continúen las denuncias sobre la conducta inapropiada de funcionarios que son, al mismo tiempo, suplidores del Estado, no debe sorprender a nadie, particularmente al mismo Gobierno.
Lo lamentable es que por medio de uno de sus voceros más autorizados, se esté condonando esa actitud con defensas televisadas y como si ese pecado fuese menor se esté informando que colmaderos y otros vendedores están siendo sometidos a la Justicia por agio.
En toda crisis -y estamos en una muy grave- la conducta delictual se acentúa y debe perseguirse. Lo que es imperdonable es que lo hagan funcionarios que con su conducta demuestran que su lealtad no es al partido ni al Gobierno sino a su propio bolsillo.
Es cierto que el Gobierno tiene todo el derecho a defender su honra, pero la mejor manera de hacerlo es suspender a los funcionarios envueltos y someterlos a la Justicia para que ésta tenga la oportunidad de demostrar su independencia y compromiso con la ciudadanía.
A esta crisis de salud no le debemos agregar una crisis de moral pública.