Luchy

Comenzó desde niña a encantar al país con su voz de ángel y permaneció en el gusto y el reconocimiento del público por tanto tiempo que parece imposible que apenas tuviese 69 años.

Luchy Vicioso encarnó el bolero dominicano, poniendo en alto, en el país y en el extranjero, a nuestros autores más representativos.

Ganadora de competencias internacionales, su mayor mérito fue haber mantenido una carrera impoluta a pesar de las limitaciones económicas que confrontan todos los artistas en nuestro medio, carrera que se cimentó en los valores más puros del canto: una voz melodiosa, suave, de tonalidades que invitaban al romance y al solaz y una presencia escénica incomparable.

Se nos fue de sorpresa, aunque todos estaban conscientes de la enfermedad que la afectaba, pero era tan querida, tan admirada y tan reconocida, que la Patria está hoy menos alegre por su partida.

Luchy Vicioso será siempre recordada como la dama de la canción, como aquella niña que se convirtió en la mujer que arrulló a nuestro pueblo por más de 50 años. Paz a su alma.

Diario Libre

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