Madres adolescentes

En un desgarrador reportaje que se publica en esta edición, tres abuelas que fueron madres entre los 14 y los 17 años, narran su experiencia de ser madres adolescentes en los años de 1950 y 1960.

Eran jovencitas sin formación que por esa circunstancia vieron tronchadas sus vidas.

Cuando se comparan las circunstancias de esas jóvenes de 1950 con las adolescentes que se embarazan hoy, el drama no ha cambiado: las mujeres ven tronchadas sus carreras y casi condenadas a la crianza y a la vida hogareña sin posibilidades de escapar.

Y no es que criar un hijo sea una condena, sino que esa circunstancia no debe castrar el desarrollo de una mujer como no lo hace casi nunca en el caso de un hombre.

Así como les faltaba educación, las madres de hoy también forman parte del grupo menos educado, más pobre y con mayores problemas en sus hogares. Es decir, las condiciones sociales y económicas no han cambiado lo suficiente como para deparar un mejor destino para las madres adolescentes, tarea pendiente de una sociedad que no ha resuelto sus problemas fundamentales.

Diario Libre