¿Otro barril sin fondo?

El Gobierno, luego de una reunión con representantes de los ¿sindicatos? choferiles, anunció un proyecto de solución al problema de las rutas del “concho”, que serían sustituidos por autobuses, proceso que conllevaría la compra de los “autos chatarra” y compensaciones para choferes y “buscones”.

Aunque evidentemente faltan detalles para analizar el costo y el impacto de este programa, varias cuestiones surgen de su análisis somero.

Se sabe que los llamados “sindicalistas” tienen serios conflictos de intereses pues algunos son propietarios de rutas, de vehículos y vendedores de combustibles. Otros, son importadores de vehículos y algunos más son políticos activos. ¿Con cuál sombrero están participando en las negociaciones? ¿Quién someterá las listas de beneficiarios y qué organismo independiente fiscalizará el proceso? ¿Cuáles condiciones deberán tener los choferes para calificar dentro del proceso? ¿De qué monto estamos hablando entre compra de chatarras, importación de vehículos y ayuda social? ¿Por cuánto tiempo?

Esto puede ser otro barril sin fondo.

Diario Libre