Pro parques y arbolado
Nuestra isla está colocada “en el mismo trayecto del sol”, como declara el poeta y eso obliga a las autoridades a preservar las áreas verdes y a diseñar y construir obras que faciliten el solaz de la población con profusión de árboles, preferiblemente nativos, que ayuden a paliar las fuertes temperaturas del trópico.
Debiera ser pecado de lesa comunidad que se pierda un área verde, o que se deje de levantar en ella un parque, una cancha o cualquier otro lugar de recreación.
En esa virtud, aplaudimos los esfuerzos que están realizando muchos ayuntamientos para rescatar áreas verdes y para construir paseos, parques y otras facilidades, y al mismo tiempo, pedimos una mayor participación del sector privado, del grande y del pequeño, para que apoyemos nuestros barrios y a nuestra juventud.
Un parque no cuesta tanto dinero y todo el mundo puede cooperar para dotarlo de los juegos necesarios. Del mismo modo, es imperdonable que los jóvenes que utilizan las canchas de nuestros barrios no las cuiden y hasta las destruyan irresponsablemente.