Retos

De rigor, empezar el año con una breve reflexión sobre lo que depara 2018. La sorpresa decembrina en materia política y económica ha sido el cambio profundo (y por tanto no puede suponerse improvisado) de la estrategia del modelo turístico. Resolver el embrollo va a ser, de una manera u otra, muy caro.

Después de un extraño cierre en falso de la firma del pacto eléctrico y de no nombrar el pacto fiscal por muchos meses, el Gobierno está enviando una señal peligrosa a los agentes económicos. A los locales y a los internacionales. No es sólo que aparece evidente una falta de consenso en temas cruciales sino que tampoco se ve al Gobierno actuar con tranquilidad.

La ley de partidos es un año más el acuerdo importante que “no es posible dilatar” pero que nadie espera se consensúe hasta que el PLD resuelva sus cada vez más evidentes problemas internos.

El dólar, la deuda, son temas recurrentes, pero los niveles de 2017 han hecho ya saltar alarmas que antes no se oían. Empieza un año complicado, en el que se van a tener que tomar decisiones difíciles. Y además, está Odebrecht.

Diario Libre