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Pluralismo y amor, esencia de la democracia y el cristianismo

La Biblia es retorcida para crear a Dios a nuestra imagen y semejanza, con ello obtienen y acumulan poder, convirtiéndose en los administradores oficiales de la culpa

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Pluralismo y amor, esencia de la democracia y el cristianismo

Al menos en los últimos seis mil años, el ser humano no ha podido resistir la vida sin religión. Entendiendo esta, en su origen etimológico del latín “religare”, acción y efecto de ligar, reunir(se) nuevamente con Dios. Es obvio que una aproximación espiritual, sin dogmas, es también una forma de religare. Desde los Sumerios esto es una verdad incontrovertida, por ser capaces de poner el amor como fundamento y objetivo de su reconciliación con la humanidad y reencuentro con la divinidad. 

Sin embargo, en los últimos tiempos, ha nacido, una visión profundamente amañada, retorcida del cristianismo, la religión política de nuestro tiempo: el “cristo neofascismo”. El español Juan José Tamayo, doctor en teología, ha bautizado como tal este neo conservadurismo, cuya característica principal es que manipula lo religioso para fundamentar los proyectos de poder de egos inflados sedientos de mando y poder. Una especie de inquisición colectiva contra los infieles. De este modo, la Fe es instrumentalizada para sustentar discursos de odio, exclusión y violencia. La Biblia es retorcida para crear a Dios a nuestra imagen y semejanza, con ello obtienen y acumulan poder, convirtiéndose en los administradores oficiales de la culpa. 

En su libro “La Internacional del odio: ¿Cómo se construye? ¿Cómo se destruye?”, Tamayo describe las características del fundamentalismo político religioso de las ultraderechas: 

1- Ausencia de hermenéutica y lectura literal de los textos sagrados. 

2- Visión patriarcal de Dios, masculinidad sagrada y justificación de la inhibición del rol de las mujeres. 

3- Absolutización de la tradición como norma de vida. 

4- Violencia contra las personas no creyentes, de otras religiones y aquellos que no piensen como ellos. 

5- Violencia en el nombre de Dios. Fundamentalismo patriarcal que busca someter a las mujeres, homosexuales y matrimonios igualitarios. 

6- Visión antropocéntrica que exalta la supremacía racial y que inhibe el pleno reconocimiento de los derechos y dignidad del conjunto de la humanidad.

En su obra ofrece un riguroso análisis de la nueva relación entre religión y política en América Latina, Estados Unidos y Europa. La alianza entre la extrema derecha política y los movimientos cristianos fundamentalistas dando lugar al nacimiento de esta nueva “religión”.

Según Tamayo, a partir de la crisis económica de 2008, con el crecimiento de los populismos, se ha producido un fenómeno político mundial que ha exacerbado entre la población actitudes defensivas nacionalistas, excluyentes, anti solidarias, individualistas, propiciadas por las organizaciones de derecha extrema. En algunos países estas organizaciones se han vinculado fuertemente a movimientos religiosos, tales como Brasil, EE. UU, Polonia y Hungría.

El término “cristo neofascismo” fue creado por el profesor Tamayo dictando clases en Brasil a partir de una reflexión que le hace un alumno, “profesor, en la Iglesia nos prohíben hablar de política, mientras Bolsonaro habla de teología”, pues este citaba constantemente la Biblia en sus discursos políticos. A partir de ahí, empieza a definir la internacional del odio, como la alianza que existe entre la extrema derecha política legitimada por los movimientos cristianos integristas y determinadas autoridades eclesiásticas. 

Según la investigación, el “cristoneofacismo” es una importación de los EE.UU., teniendo una identidad muy definida que es la identidad supremacista e imperialista, al igual que el fundamentalismo de siglos pasados, “el odio los une e impulsa pues su objetivo es la eliminación de todos los que le cuestionan su concepción ultra nacionalista populista”. 

Hay que decirlo con claridad, ni las instituciones políticas democráticas ni las instituciones religiosas cristianas han sabido enfrentar estos movimientos que están destruyendo la esencia de la democracia, que es la pluralidad, y la esencia del cristianismo, que es el amor. De hecho, estos grupos atentan contra las tradiciones democráticas republicanas y conservadoras cristianas, capaces de apuntalar sus creencias sin violencia ni exterminio. Esto así porque estos grupos, como administradores oficiales de la culpa, el pecado y el miedo, intentan cohibir – destruir – toda disidencia.

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Nelson Espinal Báez Associate MIT - Harvard Public Disputes Program at Harvard Law School. Presidente Cambridge International Consulting.