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Mi bolita de cristal

Nuestra política está dominada por usos y patrones que hacen previsibles algunos comportamientos. Esas son las variables que explotan los “teóricos de lo obvio” para hacer sus espectaculares pronósticos “científicos”. Yo, que no tengo sus altas credenciales, froto mi propia bolita de cristal.

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Mi bolita de cristal (FUENTE EXTERNA)

No soy dado a predicciones. En aquellas apuestas en que me he fiado a la suerte me ha ido muy mal. Nunca he ganado un sorteo. Tampoco empeño mi crédito haciendo vaticinios ociosos. No soy politólogo ni quisiera serlo, pero como todo humano tengo un sentido intuitivo que en ocasiones pruebo aun consciente de lo errática que son las percepciones empíricas.  

Nuestra política está dominada por usos y patrones que hacen previsibles algunos comportamientos. Esas son las variables que explotan los “teóricos de lo obvio” para hacer sus espectaculares pronósticos “científicos”. Yo, que no tengo sus altas credenciales, froto mi propia bolita de cristal, esa que compré en una puja de ventas al remate en un barato mercado oriental.  Así que, si fallo, la culpa será de la azarosa bola china, pero si acierto retendré méritos en mi temerario ensayo de politólogo, condición que me retribuirá con no pocas invitaciones a paneles de “expertos”.

Lo primero que proyecta la bolita es una fecha: 16 de octubre. Se trata de la Consulta de Aspirantes Presidenciales (CONAP) del PLD. Deslizo mis dedos sobre el 16 y me aparece el siguiente cuadro:  una contienda repartida entre Margarita, Abel y Francisco.  La gana Margarita, con permiso de los precandidatos santiagueros, mis compueblanos y colegas.

Abel no quedará conforme y forzará un arreglo que le permitirá asegurar su escogencia como candidato vicepresidencial.  Si no la consigue, de inmediato amenazará en los aposentos con aceptar la misma candidatura en la boleta de la Fuerza del Pueblo (FP), organización que se la ha reservado de forma anticipada. Chantaje o no, tendrá en sus manos las armas para negociar “à la carte” y en eso, créanme, que Abelito es un primor.

La bolita asegura que la ambición de Abel no menguará su tino político y que aun ofreciéndole la vicepresidencia en el PLD el muchacho esperará el mejor momento para pesar la fibra electoral entre el partido morado y la Fuerza del Pueblo, decidiéndose finalmente por la organización mejor posicionada. De esta forma el verdadero ganador de la contienda del PLD será el alcalde de Santiago, por ser el único político con un puesto seguro en la vicepresidencia de la República por las dos principales organizaciones políticas de la oposición: en el PLD, para evitar su salida; en la Fuerza del Pueblo, para jugar con la impresión de una debacle del partido morado y así drenar las simpatías moradas a la organización que dirige el expresidente Leonel Fernández.   Excúseme de nuevo…

La bolita me dice que la única oportunidad de Francisco para acompañar a Margarita como candidato vicepresidencial es si Abel decide abandonar el PLD, aun si el primero queda en segundo lugar en la consulta. ¡Quién lo diría! El discípulo dándole cátedras políticas al profesor.

Veo en la bolita un arranque auspicioso de Margarita, que perderá consistencia en el tramo de su dilatada exposición electoral.  La causa: la propia Margarita. Casi dos años de virtual campaña darán a conocer los zarpazos de su temperamento. Al final la población la conocerá tanto que perderá el encanto de su agotado misterio y no dudo, con permiso de la bolita, que la ex de Leonel termine en labios del pueblo con una expresión tan lastimera como indeseada: ¡Pobre Margarita!

La ansiedad y contrariedades de Danilo Medina condujeron al PLD a un error táctico tan grave como tener un candidato a casi dos años de unas elecciones, y esto no lo dice la bolita, sino yo. Lo peor: que esa candidata sea Margarita Cedeño. Para las elecciones, la exvicepresidenta llegará cansada y con un electorado persuadido de sus serios trastornos de neurodesarrollo, de sus incontinencias emocionales, de sus privaciones conceptuales, de sus “pencadas” compulsivas. La bolita me recuerda que ningún candidato en lo que va de milenio tendrá la capacidad para generar los memes que promete Margarita. Lo del dembow apenas es un ensayo. En la comparación Gonzalo terminará como un impúber. No dudo un récord Guinnes.

No quiero leer en las redes sociales los comentarios furibundos de abelistas y francisquistas, mucho menos de los seguidores de Margarita. Doy por descontado que me recordarán (y no de buena manera) que tengo una madre. Pues sí, la tengo: viva, viable y con 94 años, pero les pido comprender, con el respeto que ignoro, que estas molestosas líneas son una crónica de las imágenes de mi bolita de cristal, la verdadera culpable de estas conclusiones. Sin embargo, para su tranquilidad, les recuerdo que en la base que soporta la bola de mis predicciones hay una inscripción metálica que se lee: “Made in China”, leyenda suficiente para mantener las esperanzas y dudar de mis predicciones como improvisado politólogo, de esos que pronostican calor en el verano y frío en el invierno.


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Abogado, académico, ensayista, novelista y editor.