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¿Cómo debe prepararse un político para una entrevista?

Imaginemos a un político al que invitan a un programa de televisión para que exponga sus propuestas electorales. Podemos seguir con el ejercicio imaginativo y pensar en una ministra a la que invitan a una emisora radial para que explique los planes y los logros de su gestión. Supongamos que ambos aceptan las invitaciones y acuden a los programas para que los entrevisten: ¿saben qué hacer en dichos programas? ¿Hicieron investigación previa antes de aceptar la invitación o son muy seguros de sí mismos y van sin entrenamiento?

A continuación, vamos a explicar algunos pasos para dar una buena entrevista política en un medio de comunicación tradicional, ya que estos siguen siendo fundamentales a la hora de posicionarse o mostrar las obras de un determinado ministerio. Para esto, se dividirá el contenido basándonos en tres fases temporales: antes, durante y después de la entrevista:

Primera fase: ¿Qué se debe hacer antes de una entrevista?

Lo primero que se debe hacer es investigar. Es fundamental que el político tenga clara su trayectoria profesional y los errores que ha cometido. También debe entender el contexto del país antes de ir a la entrevista. Por otro lado, el político, acompañado de un consultor profesional, debe saber cuál es el perfil del entrevistador y de la audiencia del programa al que acudirá (si es un presentador o un público con formación académica o no, en qué franja de edad se encuentran y otros datos que permitan entenderlos mejor). También hay que saber cómo es el programa al que se acudirá y cuál será la dinámica de la entrevista. Los programas pueden ser de entretenimiento, meramente informativos o una combinación de ambos. Las entrevistas pueden ser personales o sobre la gestión. Por otro lado, es importante tener una idea sobre la duración de la entrevista, si se permite interacción con el público y llamadas telefónicas, si será en directo o grabada, y la hora y la fecha de su emisión.

Lo segundo que se debe hacer, una vez hecha la investigación, es estructurar un argumentario. Un argumentario es una guía que permite al político manejar temas clave y segmentar las respuestas. El argumentario debe contar con una serie de cuestiones como las siguientes: la pregunta que puede hacer más daño al político o a su partido, la pregunta más previsible, los temas que se deben evitar y la forma de hacerlo, la pregunta personal que más pueda afectar, entre otras cosas. Una vez hecho el argumentario, es necesario estructurar los temas y dotarlos de contenido para que el político sepa de qué va a hablar.

Lo tercero es practicar. Esta es una de las partes fundamentales de la primera fase y debe hacerse con un consultor político profesional, ya que el resultado que se tendrá en la entrevista dependerá de su seriedad y de la disciplina del político. La tarea principal del consultor es identificar las fortalezas y debilidades del político a la hora de hablar y transmitir sus mensajes. El político debe ser firme, claro y creíble cuando habla; además debe utilizar herramientas, como los relatos, que refuercen su desempeño y permitan enmarcar la discusión a su favor. La clave es practicar hasta que se dominen los mensajes que se quieran transmitir y se tenga claro cuáles son las fortalezas y debilidades del político.

Segunda fase: ¿Qué se debe hacer durante una entrevista?

Los políticos tienden a creer que las entrevistas inician cuando se encienden las cámaras o los micrófonos. No debe ser así, ya que esto puede llevarlos a cometer algunos errores. Las entrevistas inician cuando el político baja del vehículo que lo traslada al lugar donde se llevan a cabo. Es decir, que deben cuidarse de los micrófonos y de las cámaras que, una vez estando dentro del edificio, pueden estar encendidos sin que se note.

Lo primero que se debe hacer durante una entrevista es decir la verdad. No inventar datos, no mentir. Es mejor decir que no se tiene información sobre un determinado tema que inventar las cosas. A veces es mejor callar.

Lo segundo es seguir la estrategia planeada. El objetivo en toda entrevista es tener la iniciativa. Entre el político y el periodista se da una batalla para ver quién la tendrá. Así que, si se quiere llevar la iniciativa en la entrevista, es necesario hablar de los temas que se decidieron colocar en el argumentario y seguir la estrategia de transmisión de estos. El político tiene que ir a transmitir sus mensajes, no a contestar preguntas. Por esto, se debe reducir el espacio de improvisaciones al máximo y seguir el plan.

Lo tercero es mantener la calma. Hay casos en que la estrategia recomienda ser agresivo con los periodistas, pero esos son casos raros. Lo normal es mantener la calma y ser educado. Negar con firmeza lo falso que diga el periodista, pero con calma. Lo cortés no debe quitar lo valiente.

Hay que tener claro que habrá preguntas imposibles de prever y que son incómodas de contestar. El consultor debe proveer las herramientas necesarias para salir de esas situaciones.

Tercera fase: ¿Qué se debe hacer después de una entrevista?

Al igual que una entrevista no inicia cuando se encienden los micrófonos y las cámaras, estas tampoco terminan cuando estos se apagan. Es decir, que las entrevistas terminan cuando la persona entrevistada aborda el vehículo en el que saldrá del edificio donde le hicieron la entrevista.

Después de la entrevista, el político, junto con el consultor, debe examinar si se transmitieron, de manera idónea, los mensajes puestos en el argumentario. También debe verificar sus formas para mejorar las debilidades y resaltar las fortalezas. Para esto es preciso grabar la entrevista o pedirla al entrevistador.

Estos son algunos pasos necesarios para realizar una buena entrevista. Hay que tener en cuenta que estos pasos se deben dar siguiendo la estrategia general, en caso de una campaña electoral, o el plan de gobierno, en caso de que ya se esté en la función pública. Por otro lado, la estrategia de promoción de la entrevista –por las redes u otras vías- también debe estar conectada con la estrategia general.

Por último, imaginemos, una vez más, que los políticos del inicio contrataron a un consultor profesional y siguieron estos pasos antes de ir a la entrevista. Es seguro que irán más confiados y que sabrán llevar la iniciativa de la entrevista. Tampoco querrán irse de esta por sentirse incómodos, como un exministro de economía de Argentina, y sabrán contestar cuando se les pregunte cuestiones fundamentales de su campaña o su gestión.

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