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¿Cómo liberarnos de las cavernas de nuestros prejuicios?

El peligro, en relación con la crisis de valores creada por la corrupción y la impunidad, es pensar que la solución está, exclusivamente, en sustituir pura y simplemente a los que están ejerciendo el poder.

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¿Cómo liberarnos de las cavernas de nuestros prejuicios?

En el mito de la caverna, Platón nos relata que en la antigua Grecia un grupo de esclavos estaba destinado a vivir en el fondo de una caverna tras un gran muro de piedra. Muchos de ellos habían nacido dentro de ella, viviendo toda su vida allí.

Lo único que podían percibir, deducir desde la caverna era que, tras el muro, había una luz que brillaba, una hoguera quizás. Y tras eso, aparecían unas sombras cual caballos, guerreros, águilas, gatos en los muros de la caverna. Lo que realmente pasaba era que ciertas personas caminaban frente a la hoguera con objetos en su cabeza que representaban caballos, guerreros y animales y estos, al bloquear la luz, creaban las sombras en las paredes. Lo que los esclavos veían eran deformaciones de lo real. Sin embargo, para los esclavos eso era el mundo verdadero.

Y así pasaban los años sin ver ni imaginar el mundo real que se escondía tras el velo de la pared.

Hasta un día en que uno de los esclavos empezó a pensar y tratar de entender lo que veía sobre las paredes y sobre todo lo que no se veía detrás del muro. Es entonces que decide liberarse y saltar aquel muro de piedra. Así se da cuenta de que todas las imágenes que veía eran simples sombras de objetos de metal cargados por otras personas y que una hoguera era la fuente de la luz conocida.

La “realidad” que el creyó toda su vida era una mentira, una débil luz que creaba sombras de la realidad. Pero el esclavo no solo vio la hoguera, sino que continuó y salió de la caverna en plena luz del día. Se dio cuenta que el mundo era luminoso, inmenso, lleno de árboles, animales, de agua y aire fresco. Es cuando decide regresar dentro de la caverna a explicarle a sus amigos y compañeros que las imágenes que habían visto toda la vida eran una ilusión, un engaño. Pero esos esclavos simplemente no le creyeron, negándose a acompañarle a la aventura de la libertad. Prefirieron permanecer en su nicho de comodidad.

Entonces decidió irse a vivir en el mundo exterior, libre de los prejuicios que lo habían limitado toda su vida, no sin antes dejarles el mensaje de que había otra posibilidad de vivir, de ser feliz en plenitud y libertad.

Platón, discípulo de Sócrates, es uno de los personajes claves de la historia de las ideas. Su cosmovisión y sus tesis filosóficas estaban vertebradas en torno a su teoría de las ideas mismas, que expuso, por medio de sus diálogos en La República.

Para Platón, vivir significaba buscar aquello en lo que uno cree y enfrentarse a preguntas, retos y reflexiones fundamentales. No es vida aquella que se vive hipnotizado, sin opinión propia, repitiendo ideas y opiniones de otros. Saltando sin sentido entre sombras.

En La República explora como debería ser una sociedad, el Estado y el gobernante ideal. Este es el origen de las ideas y principios republicanos que enarbolaba Juan Bosch en sus inicios, pidiendo legalidad, ética, transparencia, decoro. Justo lo que reclamamos y consideramos hoy positivos: el empoderamiento ciudadano como contribución importante en el ejercicio de la soberanía ciudadana, imprescindible para la auténtica república viviendo en estado de derecho.

El peligro, en relación con la crisis de valores creada por la corrupción y la impunidad, es pensar que la solución está, exclusivamente, en sustituir pura y simplemente a los que están ejerciendo el poder. Ello es darle la misma repuesta que le hemos dado a nuestros problemas desde nuestra fundación. Es ver sombra en las paredes, en vez de enfrentar el verdadero problema social, político, económico e institucional que afecta a la República Dominicana por siglos. La tragedia de este pueblo es que intenta ser a partir del no ser: ser anti Lilis, ser anti Trujillo, ser anti Balaguer, ser anti PRD, ahora ser anti PLD... y así se nos pasa la vida, viendo reflejos y luchando contra sombras que se reflejan en las paredes de nuestra caverna.

Tratando de ser, exclusivamente anti alguien, en vez de salir a luz y ser republicanos, auténticos demócratas, construyendo nuestra República Dominicana.

Nelson Espinal Baez/Associate MIT-Harvard Public Disputes Program, Universidad de Harvard.

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