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Reelección
Reelección

Danilo vs. Danilo

Lo importante de este momento particular es que Danilo tiene muchos obstáculos para su proyecto reeleccionista. El principal es la prohibición constitucional. Pero además, hay un consistente rechazo a la reelección en una amplia franja de la ciudadanía, incluido un sector de su propio partido.

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Danilo vs. Danilo

Hubo un Danilo Medina que, como pocos políticos argumentó sobre los graves perjuicios que causa la reelección presidencial. Ese era el Danilo antirreeleccionista total. Ese fue el Danilo que cuando en el 2010 buscaba la nominación presidencial de su partido expresó: “En el caso concreto mío, aunque hubiese existido la posibilidad de reelegirme no lo haría. El problema de la reelección es que tenemos instituciones democráticas muy débiles todavía. Tal vez en los próximos 20 años cuando tengamos un periodo sucesoral de algunos 4 o 5 gobiernos y hayamos avanzado en el fortalecimiento de las instituciones democráticas del país. Pero el problema está que en la RD los funcionarios cuando van a un proceso de reelección no distinguen la línea que separa lo que son bienes públicos y bienes partidarios y terminan dañando la imagen de los presidentes, dañando la imagen de los partidos y dañando la economía Por tanto, yo particularmente no tengo interés ni siquiera, no de reelegirme, sino de volver a ser Presidente de la República. Yo quiero cuatro años y nada más.”

Ese Danilo llegó al punto máximo de su antireeleccionismo cuando en un acto a finales de 2011 afirmó: “...porque como decía Font Bernard,... que cuando un presidente decidía buscar la reelección tenía que estar en capacidad de tragarse un tiburón en descomposición sin erutar... Con estas palabras el señor Font Bernard quería decir que cuando un presidente busca la reelección presidencial tiene que tirar en el zafacón todos los escrúpulos si quería ganar la reelección.”

Como es conocido, Danilo el antirreeleccionista total obtuvo la nominación presidencial de su partido, siendo electo en el 2012 bajo una Constitución que disponía que el Presidente de la República “...No podrá ser electo para el periodo constitucional siguiente”.

Durante los primeros dos años, Danilo guardó silencio sobre el tema de la reelección. Pero el 19 de agosto de 2014, al ser preguntado por los periodistas de palacio sobre si buscaría la reelección, expresó: “...Llegado el momento yo voy a emitir una opinión, si es que todavía la requieren, acerca de ese tema”.

Ese otro Danilo pasó de inmediato a la acción: compró legisladores, modificó la Constitución y, en sociedad con Odebrecht y Joao Santana, utilizó masivamente los recursos del Estado e impuso su reelección en un proceso electoral plagado de fraudes, trastrueque de urnas, compra de votos y resultados cuestionados.

Este otro Danilo Medina era un reeleccionista moderado. Se conformaba con un segundo mandato presidencial.

En un discurso dirigido al país, luego de ser proclamada la nueva constitución, el 13 de junio de 2015, al justificar su nueva postura reeleccionista expresó: “...no lo hice movido por la vanidad ni el deseo de poder, lo hice porque me convencí de que el instrumento de la reelección sería de hecho un avance institucional perenne para nuestro país y no una mera circunstancia para beneficiar a un gobernante... Además al apoyar la enmienda de la reelección también estaba tomando la decisión de cerrar mi carrera política porque está sobreentendido que después de estos 4 años adicionales, si el pueblo me premia con su voto en el año 2016, no podré ser nuevamente candidato a la presidencia de la República”.

Y luego en un acto del 30 de agosto de 2015 dijo textualmente: “Juro aquí ante todos ustedes y ante Dios como testigo que es mi última candidatura a la presidencia de la RD”.

Ahora, en una entrevista con la periodista Jatnna Tavárez transmitida el pasado 19 de agosto, ha renacido un nuevo Danilo Medina, el reeleccionista total. Sólo eso explica, que sobre un tema resuelto por las disposiciones de la Constitución y con la palabra empeñada, Danilo Medina, en vez de responder que no le era posible reelegirse, repitiera el guión del 2014: “...nosotros decidimos hablar de ese tema en marzo del año que viene y en ese momento yo fijaré mi posición ante el país”.

Lo importante de este momento particular es que Danilo tiene muchos obstáculos para su proyecto reeleccionista. El principal es la prohibición constitucional. Pero además, hay un consistente rechazo a la reelección en una amplia franja de la ciudadanía, incluido un sector de su propio partido.

También, sectores del poder fáctico no la aprueban pues saben que ella profundizará la ya precaria institucionalidad democrática, conllevará un alto costo de recursos públicos y producirá daños a la economía y, sobre todo, que el gobierno que surja de ella carecerá de legitimidad y dará pie a un periodo de gran inestabilidad política.

Es ahora, de aquí a marzo, cuando hay que derrotar la reelección. Hay que hacer inviable el proyecto reeleccionista. Para ello hay que unificar en un solo haz y de forma creciente a la opinión pública en contra del proyecto continuista. No puede haber tregua para la reelección. Hay que estimular que se manifieste y movilice la ciudadanía y los distintos sectores sociales y políticos. Hay que crear el ambiente necesario para que cualquier intento de tocar la Constitución en el Congreso o en el Tribunal Constitucional, para introducir la reelección, desate una crisis política y una situación de ingobernabilidad.

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