×
Compartir
Secciones
Última Hora
Podcasts
Encuestas
Servicios
Plaza Libre
Efemérides
Cumpleaños
RSS
Horóscopos
Crucigrama
Herramientas
Más
Contáctanos
Sobre Diario Libre
Aviso Legal
Versión Impresa
Redes Sociales
Drogas narcóticas
Drogas narcóticas

De cuando los contras, con el apoyo del gobierno, inundaron de crack EE.UU

En octubre del año 2014, se estrenó en los Estados Unidos la película titulada Kill the Messenger –Mata al Mensajero– un extraordinario filme dirigido por Michel Cuesta. La película, narra la verdadera historia del periodista de investigación Gary Webb, del San José Mercury News, un periódico provincial que se edita en California.

La película se estrenó en República Dominicana el verano pasado, y cuenta con actores de la talla de Andy García, en el rol de unos de los traficantes de drogas más grande de Centroamérica, Norwin Meneses.

En 1996, Gary Webb escribió en su periódico tres artículos de más de 20,000 palabras, donde reportó los vínculos existentes entre el tráfico de crack cocaína organizado por los contras de Nicaragua, y los barrios afroamericanos del sur de California. Todo esto, con el conocimiento y posible consentimiento de la CIA. Esos tres artículos fueron el resultado de una investigación de más de un año. Ahí mismo se destaparon todos los demonios.

Según Webb, el dinero producido por esos negocios sucios se usó para apoyar y financiar a los contras en su lucha contra los sandinistas. Fue y sigue siendo, una de las revelaciones más explosivas y controversiales del periodismo de ese país.

Dos años después, en 1998, Gary Webb publicó su libro Dark Alliance (Alianza Oscura) donde recuenta y amplía lo publicado anteriormente. Esa publicación fue objeto del ataque periodístico más terrible y vicioso que se recuerde por parte de los medios estadounidenses más poderosos. Sentían envidia de que un periódico provincial pudiera hacer una investigación tan profunda. Se entramó una campaña para desacreditar y silenciar el trabajo de investigación independiente del pequeño periódico. Por ejemplo, Los Angeles Times, envió 17 reporteros a investigar con el propósito de debilitar lo publicado por Webb.

La presión fue tan grande, que Webb hasta tuvo que renunciar del San Jose Mercury News, pues su empleadores, a la hora buena, le halaron la alfombra. Arruinada su carrera, el 10 de diciembre de 2004 fue encontrado muerto en su apartamento. Según la policía de Los Angeles, el motivo de su muerte fue suicidio. Sería la primera vez en la historia de la Humanidad que alguien se suicida de dos tiros en la cabeza. Webb había advertido a sus familiares y amigos, que estaba siendo perseguido y amenazado por intereses oscuros políticos y mafiosos. Gary Webb fue reivindicado por un libro escrito en 2006 por Nick Schou, “Kill The Messenger”. Precisamente, la saga que se narra en ese libro, fue lo que sirvió como argumento principal para filmar la producción cinematográfica.

En realidad, lo que señaló el libro Alianza Oscura no era nuevo. En 1985, más de una década antes, los periodistas de Prensa Asociada, Robert Parry y Brian Barger encontraron que los insurgentes de los contras se habían involucrados en el tráfico de cocaína para ayudar a financiar su guerra contra Nicaragua. En un artículo que publicó Peter Kornblunh para la revista Columbia Journalism Review, la Casa Blanca de Reagan, lanzó, “una campaña concertada tras bambalinas para ensuciar el profesionalismo de Parry y Barger”.

No obstante, un Subcomité especial del Senado de los EE.UU. sobre Terrorismo, Narcotráfico y Operaciones Internacionales, presidido por el entonces senador y actual Secretario de Estado, John Kerry, investigó los hallazgos de los periodistas de Prensa Asociada, y publicó un informe de 1,666 palabras sobre las acciones encubiertas de la CIA en toda América Latina y el Caribe. El informe, que salió al público el de abril de 1989, concluyó que; “Existen considerable evidencias, de que los Contras estaban involucrados en el tráfico de drogas y de armas, y que el gobierno lo sabía”.

Sin embargo, a pesar de que el informe del Subcomité tenía suficientes datos incriminatorios, no recibió la debida cobertura por parte de los grandes periódicos de entonces. Siete años después, Webb sería el que continuaría la investigación.

El extraordinario libro de Webb, se centraba en la vida de tres hombres involucrados en el tráfico de cocaína hacia los EE.UU.: Ricky “Freeway” Ross, un legendario traficante de drogas de Los Angeles, Oscar Danilo Blandón Reyes, considerado por el gobierno de los Estados Unidos como el más grande traficante de Nicaragua viviendo en EE.UU. y Norwin Meneses Cantero, quien se dice, reclutó a Blandón para vender drogas en apoyo de la contrarrevolución.

El libro cubre la relación entre esos tres hombres, su impacto en el mercado de drogas en California y otros lugares, y además, la cantidad desproporcionada de sentencias criminales contra las comunidades afroamericanas en el estado de California.

Maxine Waters ( D-CA ), una combativa congresista afroamericana del distrito 37 del Sur de California, escribió el preámbulo del libro de Webb. Es interesante lo que ella relata. Cuenta que la noche que leyó la serie de los tres artículos de Webb no pudo dormir, pues ella se preguntaba antes de leer los artículos; “¿De dónde diablos es que viene tanta drogas en las narices de los líderes de la comunidad, de la policía, del departamento del sheriff, FBI, DEA y otras agencias?”.

Walters narra una historia interesante, dice que “en sus investigaciones como congresista, logró que Adolfo Calero, jefe político de los Contras, admitiera que tenía relación con la CIA, cuando él (Calero) era director de la USAID para administrar los fondos comunitarios de ayuda para Nicaragua”.

Calero era en realidad, un subordinado del tristemente celebre Teniente Coronel Oliver North, al servicio del presidente Ronald Reagan. Como se recuerda, Oliver North fue expulsado del servicio, “por mentir a sus superiores y actuar sin su conocimiento”.

Condenado por violar las leyes de la nación, North nunca cumplió un día en la cárcel, pues tenía inmunidad cuando declaró frente al Congreso. Además, Reagan lo consideraba un héroe nacional. Era tanta la desfachatez, que recuerdo que Reagan llamaba a los contras “Freedom Fighters “, o sea, “Luchadores por la Libertad”.

Hoy en día, Oliver North es un comentarista de la cadena Fox de televisión, donde comparte con la extrema derecha de la nación, Sarah Palin, Donald Trump, Karl Rove y los hermanos Koch, sólo para mencionar unos cuantos de estos personajes.

Los tres artículos de la autoría de Gary Webb en el San José Mercury News, su posterior libro Alianza Oscura, el libro de Nick Schou, Kill the Messenger y finalmente la película de ese mismo nombre, revelan fehacientemente el origen del tráfico de crack cocaína en los Estados Unidos y su posterior distribución a todo el territorio continental.

Es ya la hora, que el pueblo de los Estados Unidos debiera entender que el Gobierno de Ronald Reagan, aprovechando la coyuntura de la guerra fría, dio paso a dos barbaridades: primero, le vendió armas a Irán a precio sobrevaluados, y cuando existía un impedimento del Congreso, violentando las leyes vigentes de no apoyar ningún estado declarado terrorista, y segundo, como aparentemente esos recursos no alcanzaban para derribar a los sandinistas miró para el otro lado, para que los contras entraran miles de toneladas de crack cocaína a la nación para completar los fondos para financiar la compra de armas en favor de los Contras.

Las drogas entraron primero a los barrios negros empobrecidos del sur-central de Los Ángeles. Esa acción también incluyó la distribución masiva de crack por toda la geografía nacional. De allá para acá, nadie ha podido detener el flujo de estupefacientes.

Los miles de ciudadanos y familias enteras destruidos y envilecidos a todo lo ancho y largo de nuestra nación por esa acción criminal difícilmente puedan recuperarse, pero el resto del pueblo estadounidense debería estar en deuda con ese extraordinario y valiente periodista, que advirtió y denunció cuál era el origen de la desgracia que nos envuelve.

Hoy necesitamos estar alertas, pues ese grupo está al acecho a ver si se reciclan en las próximas elecciones presidenciales y congresuales que se celebrarán en noviembre del presente año. Los votantes estadounidenses deben estar atentos de cuales candidatos arrastran esa herencia. No deberíamos darle paso a esos indolentes para que asalten el destino de nuestra nación otra vez.

TEMAS -