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Defensa de la democracia con diplomacia en Venezuela

La República Dominicana, como amiga de mucho tiempo de Venezuela y del pueblo venezolano, puede ayudar a impulsar las negociaciones en Caracas para el retorno a la democracia.

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Defensa de la democracia 
con diplomacia en Venezuela
Patrick Dunn

La República Dominicana y los Estados Unidos comparten una profunda tradición democrática. He tenido la oportunidad de estar presente en el país como diplomático durante las elecciones dominicanas y de haber visto esa tradición democrática en acción. En contraste, hoy en Venezuela, el gobierno de Nicolás Maduro ha socavado implacable e intencionalmente las ramas constitucionales del gobierno, propiciando una crisis humanitaria.

Cuando un gobierno rompe con la democracia, debemos unirnos en solidaridad con su pueblo. No a través de la intervención o interferencia, sino con la diplomacia y la mediación entre todas las partes para ayudar a identificar una solución pacífica, democrática y completa. “La boleta es más fuerte que la bala”, dice un dicho famoso de Abraham Lincoln sobre la democracia. El pueblo venezolano ha intentado recurrir a todos los medios constitucionales para restablecer las normas democráticas. El fallecido presidente Hugo Chávez fue un defensor enérgico de tales derechos. De hecho, Chávez ganó y perdió referendos. Pero, el gobierno de Maduro ha eliminado cualquier posible intento de someter su liderazgo a una votación a través de un referendo revocatorio.

Frente a una economía desmoronada y a una masiva insatisfacción popular, el régimen de Maduro está destruyendo los últimos vestigios del orden democrático. Ciertamente, mi gobierno tuvo fuertes desacuerdos con el fallecido presidente Chávez. Sin embargo, Maduro intenta borrar la actual Asamblea Nacional, el Procurador General y otras instituciones existentes. Esto roba al pueblo venezolano de sus claramente expresados deseos democráticos.

Maduro ha aumentado su dependencia de los militares venezolanos para controlar la economía, intimidar a los opositores y suprimir el descontento popular. Más de 331 civiles venezolanos están siendo detenidos y enjuiciados de manera secreta en cortes militares. El propio Procurador General de Venezuela, designado por Chávez en 2007, ha condenado los juicios y las Fuerzas Armadas han negado el acceso a los prisioneros.

Los ciudadanos dominicanos deben preguntarse: si esto sucediera aquí, ¿qué querrían que hicieran sus amigos y vecinos? Sé por mis tres años en el país, escuchando debates democráticos enérgicos en la radio y leyéndolos a través de las primeras páginas de los diarios, que ustedes esperarían e incluso exigirían que el conjunto de naciones amigas hablaran y ayudaran a restaurar las libertades democráticas fundamentales... para obtener mayores “boletas” y menos “balas”.

Es por todas estas razones, que el pueblo dominicano le debe al pueblo venezolano su voz. No se trata de una cuestión de “política” o jugando a favoritos; sino de apoyar a sus hermanos y hermanas.

Es nuestra responsabilidad colectiva como naciones democráticas en la región defender la democracia en Venezuela. Cuando en 2001 todos los países de la región aprobamos la Carta Democrática Interamericana, no sólo afirmamos el derecho a la democracia de todos los ciudadanos del hemisferio, sino que comprometimos a nuestros gobiernos a defender ese derecho. La próxima Asamblea General de la Organización de los Estados Americanos nos proporcionará a todos un foro para defender al pueblo venezolano y su democracia.

Reconozco la histórica y fuerte amistad entre el pueblo de Venezuela y el pueblo de la República Dominicana. Sé que ha habido flujos de inmigración en ambas direcciones en tiempos difíciles de su historia. Sé que la asistencia energética que Venezuela ha brindado a través de los años ha sido de vital importancia.

Hasta se podría argumentar, que el malogrado intento de asesinato contra el ex presidente venezolano Rómulo Betancourt fue lo que desencadenó el efecto dominó, que finalmente liberó al pueblo dominicano de la era trujillista. Por ende, ¿no debería el pueblo dominicano pensar en cómo puede contribuir a lograr algún alivio para el pueblo venezolano? La fea realidad es que la democracia está muriendo en Venezuela y el pueblo venezolano necesita nuestra ayuda.

La Asamblea General de la Organización de los Estados Americanos es el momento para que nos unamos como región. La República Dominicana, como amiga de mucho tiempo de Venezuela y del pueblo venezolano, puede ayudar a impulsar las negociaciones en Caracas para el retorno a la democracia.

Apoyemos y acompañemos al pueblo venezolano mientras recupera su democracia. * El autor es Encargado de Negocios, a.i. de la Embajada de los Estados Unidos en República Dominicana

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