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Al Gore
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El ego, enemigo del liderazgo responsable

El principio rector del liderazgo es la responsabilidad, no como culpa, sino como postura filosófica de asumirse autor de su destino, no víctima de las circunstancias.

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El ego, enemigo del liderazgo responsable

La costumbre de analizar procesos de gestión y toma de decisiones a partir del análisis del liderazgo está arraigada en otras culturas. En especial en la anglosajona, donde hay muchos mapas para entender y explicar la realidad. En la última edición de la Harvard Business Review se publica “Ego is the Enemy of Good Leadership” que explica las limitaciones que un ego inflado, con el “síndrome de Hubris”, produce para la efectividad del liderazgo empresarial y político.

El liderazgo como disciplina entra a la academia de las manos de Warren Bennis, quien junto a otros como Robert Greenleaf, John Hanley, James Macgregor Burns, Bruce Avolio, Bernard Bass, Peter Senge, Harlan Cleveland, Stephen R. Covey, Barry Z. Posner y Margaret J. Wheatley han desarrollado teorías y metodologías al respecto. El Liderazgo Adaptativo de Ronald Heifetz de la Harvard Kennedy School es transformador.

La cultura del coaching y asesoría en liderazgo está muy arraigada en el mundo. Warren Bennis fue asesor de varios presidentes de los Estados Unidos de América, tanto demócratas como republicanos. Uno de los casos más emblemáticos de este campo fue cuando Bennis estuvo asesorando a Al Gore durante los días difíciles en que los tribunales decidían quién seria el ganador del proceso electoral. Tal como relaté en una entrevista que me hiciera este periódico en su Diálogo Libre, cuando Gore perdió la batalla ante la Suprema Corte de Justicia y sus abogados insistían en más acciones legales para continuar la contienda, Bennis le dice: “Has luchado con integridad y valentía por tu merecido triunfo pero llega un momento en que si una Corte te diera la razón tampoco ganarías, este país ha estado sometido a mucha tensión... sería una victoria pírrica... un líder no debe poner su éxito personal por encima del bienestar de su nación (u organización) ... Ha llegado el momento de ceder para proteger tu partido y los Estados Unidos de América.”

Mas adelante, Al Gore canalizó su liderazgo de forma innovadora contra el cambio climático y ganó el Premio Nobel de la Paz.

El principio rector del liderazgo es la responsabilidad, no como culpa, sino como postura filosófica de asumirse autor de su destino, no víctima de las circunstancias. En contraposición con el victimismo, el auténtico líder se ve a sí mismo como fuente del buen o mal comportamiento de sus compañeros, y por supuesto, del éxito o fracaso de su organización o la nación que representa.

Recuerdo cuando en las primeras elecciones de medio término, justo a los 2 años de Barack Obama haber sido juramentado presidente, el Partido Demócrata pierde el control del congreso. En su primer discurso posterior a estas elecciones, Obama empezó diciendo “Soy responsable de que mi partido perdiera el control del congreso ...”. Expresión similar vimos recientemente de Jeremy Corbyn en las elecciones del Reino Unido.

El artículo citado habla del daño que produce al liderazgo efectivo un ego inflado, sufriendo el “síndrome de Hubris”. La literatura europea nos ofrece “El extraño caso del doctor Jekyll y Mr. Hyde” de Robert Louis Stevenson, así como el Fausto de Goethe (Siglo XVIII y XIX) y el Fausto de los poemas dramáticos de Marlowe (Siglo XVI), son versiones diferentes del mismo tema arquetípico: van demasiado lejos y cometen el “pecado de Hubris” con lo cual terminan condenando su entorno y condenándose de manera inexorable. En su victimismo sucumben a su irresponsabilidad, como el doctor Jekyll que hablando de sí mismo afirmaba: “Después de todo el único culpable ha sido Hyde”.

Estas obras proporcionan a la civilización occidental una personificación de su identidad colectiva. Todo aquel que persiga el poder por el poder mismo es una figura fáustica, puro ego. Todo aquel que corrompe las instituciones y envilece la sociedad con su accionar público o privado es una figura fáustica. Todo aquel que destruya la autoestima social y no empodere a esa misma sociedad con salud, educación, libertad y justicia es una figura fáustica. Todo líder que no auspicie a otros líderes es una figura fáustica.

Cuando dejas que te gane el ego abandonas el liderazgo, un fenómeno muy común en el actual escenario político dominicano.

TEMAS -

Nelson Espinal Báez Associate MIT - Harvard Public Disputes Program at Harvard Law School. Presidente Cambridge International Consulting.