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¿Ha sido responsable el manejo de la deuda pública?

“Reafirmo ante ustedes que nuestra deuda pública tiene niveles sostenibles y está siendo manejada de manera correcta y responsable. (...) el verdadero riesgo de la economía dominicana no está en la deuda pública como han querido vender algunos economistas, hacedores de opinión pública y políticos de oposición...” Presentación del Ministro de Hacienda en la Cámara América de Comercio (AMCHAMRD), junio 28, 2017

“El ajuste [fiscal] será insuficiente para prevenir un escalamiento en la deuda pública consolidada, dadas las anticipadas presiones sobre la posición fiscal. (...) el déficit público consolidado aumentaría a 5% del PIB en el mediano plazo, empujando la ratio de deuda de 48.5% estimado en 2015 a 53% en 2020.” FMI, febrero 2, 2016

Vender optimismo es una tarea que no solo depende de una buena política comunicacional; se necesita también de un incuestionable respaldo de la realidad. Cuando el discurso se aparta de la realidad, la reacción de la opinión pública puede ser agravada por la desconfianza que genera un optimismo desbordado e infundado. Se entiende que un Ministro de Hacienda vaya a la Cámara Americana de Comercio y pronuncie un discurso que permita una mejor apreciación del comportamiento de las finanzas públicas; especialmente, delante de los más importantes empresarios del país.

No se entiende, sin embargo, que el argumento central de la presentación -que la deuda ha sido ejemplarmente manejada y no hay riesgos asociados a ella- se fundamente en la manipulación de un dato tan fácil de comprobar como la proporción de la deuda del sector público no financiero con respecto al PIB. De acuerdo con lo dicho por el ministro, en la presente administración dicha proporción apenas ha aumentado un 1% o, mejor dicho, un punto porcentual, cuando se compara el nivel de la deuda en 2013 y la existente a mayo 2017. Pero, resulta, que la presente administración no tomó posesión en agosto de 2013, sino en agosto de 2012. Y esto hace una diferencia muy importante. Al 31 de diciembre de 2012 la relación deuda/PIB era de 32.5%, mientras que en mayo de este año se elevó hasta el 38.5%, para un incremento del 19%, o de 6 puntos porcentuales. Esto quiere decir que el coeficiente de la deuda se incrementó seis veces más que lo dicho por el ministro.

Algo más... En diciembre de 2015 el citado coeficiente registró un 35.4%; de manera que en año y medio – a mayo 2017- se incrementó en tres puntos porcentuales. Si la recompra de Petrocaribe no se hubiese realizado hubiera habido que agregar otros tres puntos porcentuales a la relación deuda/PIB, debido a que dicha recompra redujo este coeficiente en 3.1 puntos porcentuales, de acuerdo con cálculos del FMI. Por tanto, la recompra de la deuda con Petrocaribe le permitió al gobierno endeudarse más sin que se tradujera en un incremento del coeficiente deuda/PIB. Aun así, ya la deuda del sector público se encuentra en la proximidad del 53% del PIB, un porcentaje que el FMI temía que ocurriese para el 2020 y que se ha alcanzado con dos años de ventaja.

Las cifras oficiales indican que la presente administración ha agregado al stock de deuda del sector público no financiero unos nueve mil millones de dólares, para un endeudamiento promedio de unos dos mil millones por año, al pasar de USD 19,463.3 millones en el 2012 a USD 28,369.3 millones en mayo de 2017. Se trata de una velocidad de endeudamiento muy superior a la registrada en los primeros doce años del presente siglo, cuando se acumuló deuda pública a un ritmo de unos USD 1,300 millones por año. La mayor parte de ese incremento se ha originado en las emisiones de bonos soberanos y, en menor medida, en emisiones de títulos por parte del Ministerio de Hacienda. En este sentido, la presente administración ha incrementado el stock de bonos soberanos en más de USD 8,500 millones, una suma extraordinaria si tomamos en cuenta que en 2012 el balance de bonos soberanos era de apenas USD 2,466 millones.

El Ministro de Hacienda entiende que el endeudamiento no es el problema, sino la baja presión tributaria. En realidad, el aumento de la presión tributaria no garantizaría una solución al problema del endeudamiento. De hecho, muchos países presentan altos niveles de endeudamiento con altas tasas de presión tributaria. Si de algo estamos seguros es que la «creatividad» de los burócratas para gastar supera por mucho a la velocidad con la que los recursos tributarios pueden ser incrementados.

Asimismo, una composición de la deuda pública en donde la deuda en moneda extranjera es casi el doble de la deuda en moneda local es una fuente importante de riesgos para las finanzas públicas. Recordemos que la sostenibilidad fiscal está asociada con la capacidad del gobierno de cumplir con sus compromisos presentes y futuros en un entorno de riesgos asociados con el surgimiento de pasivos contingentes. Uno de esos pasivos contingentes es la tasa de cambio. A los fines de las finanzas públicas lo más conveniente -aunque no lo sea para la economía- es una tasa de cambio fija, porque la deuda está expresada mayormente en moneda extranjera; en consecuencia, una devaluación podría poner en peligro la capacidad del gobierno para honrar sus compromisos externos. Para mitigar estos potenciales efectos, la política cambiaria tiende a tener un sesgo en favor de la fijación de la tasa de cambio, lo que opera como un impuesto disfrazado al sector exportador. E induce a que el Banco Central emita deuda para defender la sobrevaloración del peso dominicano.

La política de endeudamiento ha sido utilizada para evitar que se aborden con responsabilidad las necesarias reformas que deben aplicarse al gasto público, como paso previo para una verdadera reforma impositiva. Un déficit fiscal consolidado en la proximidad del 5% es muy peligroso, pues el gobierno no puede endeudarse indefinidamente, como tampoco puede seguir dedicando más de un tercio de los recursos tributarios para el servicio de la deuda. No sabemos si esto es «correcto y responsable», pero es sencillamente insostenible.

@pedrosilver31

Pedrosilver31@gmail.com

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