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?Hilda Tactuk

Se lamenta de que la gente que organizó y sustentó el complot hasta el final, resultaran olvidados porque otros se “arrogaron el triunfo y el heroísmo solo para ellos”. En realidad, callaron para no empañar la grandeza de la gesta y porque a la patria se le entrega, no se le reclaman honores.

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?Hilda Tactuk
Monumento en honor a los Héroes del 30 de Mayo.

Hace pocos días murió Hilda Tactuk, viuda de Ernesto de la Maza Vásquez, integrante del grupo del 30 de Mayo. De aquella epopeya sobrevive Miguel Ángel Bissie. Y entre las viudas, Lindín de Tejeda.

Hilda fue una mujer discreta, de voluntad firme y criterios claros. Pocas veces ofreció declaraciones. Quizás una excepción fue la entrevista que concedió en 1991, contenida en mi libro Trujillo ajusticiado.

Según sus expresiones, la trama empezó a raíz de la expedición del 14 de junio de 1959. Y sus iniciadores fueron Antonio de la Maza Vásquez, Antonio García Vásquez y Juan Tomas Díaz. Ella coloca a Ernesto en ese grupo fundador, a través de su hermano Antonio. Después fueron incorporándose, poco a poco, Miguel Ángel Báez Díaz, Modesto Díaz, y así sucesivamente.

Hilda asegura que dada su pericia en el uso de las armas el papel de Ernesto era el de estar en la avenida al lado de Antonio de la Maza, como lo hizo en un par de ocasiones en las que se estuvo a la espera para participar en la acción del tiranicidio. No pudo ser. El ajusticiamiento se efectuó en un día no previsto y ni Ernesto ni el grupo de Moca, salvo Antonio de la Maza, pudieron estar pues no se encontraban en Santo Domingo.

Hilda tenía claro en su mente el papel integrador que jugó Juan Tomás Díaz, atrayendo tanto a oficiales del ejército sobre los cuales ejercía influencia, como a gente de la sociedad civil. Lo hacía en base a su carisma y amplias relaciones.

En la entrevista aborda el tema espinoso de la participación del general Pupo Román. A 60 años del ajusticiamiento todavía no se sabe la razón por la cual no pudo hacerse contacto con el general Román, mientras que el general Espaillat sí pudo localizarlo en su casa. Esa rotura en un eslabón tan determinante impidió que se iniciara la gestión de la toma del poder. Y produjo la hibernación de la fase correspondiente al plan político. Pudo deberse a imponderables del azar o a algún cálculo de tiempo que no se ajustó a la realidad.

Hilda también hace alusión a las motivaciones que tuvieron los participantes. Por ejemplo, señala que a Antonio de la Maza lo que más lo indignó fue la muerte de las hermanas Mirabal. Relata que a Juan Tomás Díaz lo sacudió el trato cruel que se les daba a los expedicionarios del 14 de Junio, pues “la matanza fue tan grande que una gente con sensibilidad tenía que reaccionar”. Para todo el grupo la motivación principal fue luchar contra una opresión que se hacía insoportable.

Hilda señala que al morir los principales cabecillas (Antonio de la Maza y Juan Tomás), al igual que la mayoría de los integrantes del grupo, se creó el mito de que solo sobrevivieron dos. Se lamenta de que la gente que organizó y sustentó el complot hasta el final, resultara olvidada porque otros se “arrogaron el triunfo y el heroísmo solo para ellos”. En realidad, callaron para no empañar la grandeza de la gesta y porque a la patria se le entrega, no se le reclaman honores. Esa usurpación produjo ronchas indelebles.

El grupo del 30 de Mayo estaba conformado por 21 personas. Sobrevivieron siete: Eduardo Antonio y Bienvenido García Vásquez, Ángel Severo Cabral, Miguel Ángel Bissié, Antonio Imbert Barreras, Luis Amiama Tió, Manuel de Ovin Filpo. Los demás murieron en enfrentamientos con las fuerzas de seguridad o asesinados en las cárceles: Antonio, Ernesto, Mario y Bolívar de la Maza, Tunti Cáceres Michel, Juan Tomás y Modesto Díaz, Miguel Báez Díaz, Pedro Livio Cedeño, Huáscar Tejeda, Roberto Pastoriza, Salvador Estrella, Amado García Guerrero y José Román Fernández. Marcelino Vélez Santana se ganó el derecho de pertenecer a ese nicho. Con él, son 22.

Al cumplirse 60 años del ajusticiamiento se ha ido haciendo luz sobre aquel episodio trascendente. Se han escrito libros, inventado y distorsionado a discreción.

Testimonios directos de los integrantes de la conjura solo existen el de Eduardo Antonio García Vásquez, con visión totalizadora porque conocía sus hilos y derivaciones. El de Antonio Imbert relativo al acto del tiranicidio. El de Ángel Severo Cabral, referido a la gestión de las carabinas y la proclama. Y el de Miguel Ángel Bissié, centrado en la custodia de las armas.

Lo importante es que el 30 de Mayo rompió el cerrojo de la opresión e iluminó la senda de la libertad del pueblo dominicano. En paz descanses Hilda, mujer decorosa y altiva.

Eduardo García Michel, mocano. Economista. Laboró en el BNV, Banco Central, Relaciones Exteriores. Fue miembro titular de la Junta Monetaria y profesor de la UASD. Socio fundador de Ecocaribe y Fundación Siglo 21. Autor de varios libros. Articulista.