La oposición al Gobierno. Matrices
Su conducta (de Leonel Fernández) es políticamente inteligente y abiertamente populista, envuelta en un manto de colaborador de la gobernabilidad, por eso su partido se esfuerza en apoyar la vacunación.
En una ocasión, Adolfo Suárez, siendo presidente de gobierno en España, llama a Felipe González, en aquel entonces secretario general del PSOE:
—“Felipe, he decidido desplegar las Fuerzas Armadas en los Pirineos en la lucha contra ETA”.
En esos momentos España contaba unos 90 a 100 muertos debido a los enfrentamientos con la banda terrorista ETA.
Felipe le contesta:
—“Pues yo no estoy de acuerdo”
Suárez le responde:
—“Yo tampoco”.
Felipe, entonces, expresa:
—“¿Pero por qué lo haces si tú tampoco estás de acuerdo? Es que a mí me parece que esa decisión es darle la razón a ETA y a esa simbología de militares contra militares”.
Suárez responde:
—“Sí, sí, sí estoy de acuerdo contigo. Pero lo he decidido porque no tengo margen de maniobra para hacer otra cosa. La situación es de extrema gravedad y no tengo opciones”.
—“¡Ah!, Eso es distinto –dice Felipe. Entonces los dos estamos en desacuerdo con la decisión, pero tú tienes que tomarla, sí o sí... Pues bien, mi compromiso es no criticarla ni aprovecharme de ello para debilitarte.”
La lucha por el poder es implacable. Las treguas suelen ser coyunturales y estratégicas. La madurez política es clave para lidiar con fuerzas y grupos que inciden en y por el poder.
La actual administración del presidente Luis Abinader tiene, hoy 4 matrices de oposición política:
1) El grupo de poder y el partido desplazado del poder.
Concluido su congreso interno y desde el mes de abril del presente año, el PLD tiene organizada una línea de opinión y vocería desde el Congreso, los organismos formales del partido y sus técnicos y dirigentes medios. Así como vocerías encubiertas y activas desde la sociedad y los medios de comunicación formales e informales y redes sociales. Trabaja permanentemente para aumentar la tasa de crítica y volver al poder. Las acciones en justicia del Ministerio Público le hacen actuar, en ocasiones, en forma reactiva y defensiva.
2) El grupo del expresidente Leonel Fernández. Un creador de opinión pública experimentado en el dominio de los medios y en el conocimiento del Estado. Combina una oposición a veces sutil, suave y en otras oportunidades es directa y dura. Exagera los probables fallos y reduce los logros. Su conducta es políticamente inteligente y abiertamente populista, envuelta en un manto de colaborador de la gobernabilidad, por eso su partido se esfuerza en apoyar la vacunación. Están conscientes de que un Ministerio Publico independiente, no solo del Gobierno sino de sí mismo, debe alcanzar las investigaciones a sus administraciones.
3) Los desencantados “creadores de opinión” de la sociedad civil. Iniciaron recientemente críticas puntuales a la gestión de gobierno, dadas sus sobre expectativas y demandas de cambios rápidos. Son una minoría muy activa y militante que opera en redes que generan olas de opinión y críticas negativas. Sus ingenuidades se derivan de la creencia que los procesos de cambio y la obra de gobierno son una especie de acto mágico, adánico “cuando lleguen los honestos viene la salvación y todos seremos felices”. Olvidan que la democracia, además de principios, es proceso (tiempo) y procedimiento (método).
4) Los más peligrosos: los núcleos críticos y descontentos encabezados por dirigentes nacionales y medios del partido de gobierno, cuya característica es la autodestrucción del viejo PRD. Intentan canalizar las demandas de los dirigentes municipales y locales de base, legítimas muchas de ellas y otras, irreflexivas. Ven la política desde su deseo personal: “Solo si me nombran el Gobierno es bueno, de lo contrario lo critico”. Pensar y actuar como partido gobernante es el reto del PRM.
Los dos primeros son competidores y responden a intereses propios que aspiran a regresar al poder, mientras que los dos siguientes, unos aspiran a ver realizadas sus aspiraciones e ideales mientras otros quieren cuotas de poder y satisfacción de intereses personales.
La madurez de nuestra ciudadanía es tan importante como la madurez de nuestros políticos, ambos se nutren mutuamente o se debilitan de igual manera.
Nelson Espinal Baez. Associate MIT – Harvard Public Disputes Program at Harvard Law School.