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La Piedra Letrada de La Ciénaga de los Bermúdez, Constanza

El nombre que le han puesto, Piedra Letrada, confunde. No es que la piedra hubiera aprendido a escribir ni a leer, como puede que sugiera su nombre; es que en su superficie contiene un conjunto de petroglifos o dibujos, tallados en la roca presumiblemente por los indios taínos.

Quizás hubiera sido preferible llamarle Piedra Taína.

Y no es una sola la “piedra letrada” que se encuentra allí, en buen estado de conservación, sino un pequeño conjunto; una de gran tamaño situada a un lado del arroyo que la circunda, y un par más ubicadas en la barranca.

Estas piedras constituyen la evidencia de la existencia de actividad cultural indígena en esa zona. Están ubicadas en la loma de La Culata, a 16 kilómetros de Constanza, concretamente a dos kilómetros de la Ciénaga de los Bermúdez.

Hace algo más de 10 años, tuve la oportunidad de visitar aquel lugar por invitación del amigo y pariente José Peralta Michel, que desde hace por lo menos 20 años viene trabajando con insistencia en el rescate de este sitio tan especial.

En aquella ocasión formamos parte de un grupo en el que también se encontraba el Dr. Alberto (Cucho) Díaz y su esposa Marliese. Subimos a la Culata y luego a la Ciénaga de los Bermúdez, de donde recorrimos un corto trayecto en vehículo y luego caminamos a pie hasta llegar al arroyo donde se encuentra el conjunto de piedras.

Al bajar y contemplarlas recibí una fuerte impresión. Eran petroglifos que se mantenían en perfecto estado de conservación, en un lugar de difícil acceso, sin caminos vecinales, lo que ha constituido una dicha, pues ha permitido que la mano civilizada humana post colombina no la haya destruido.

Hace alrededor de 4 meses que el propio José me invitó de nuevo a ver el conjunto de piedras “letradas”, con motivo de un camino de acceso que se estaba construyendo. Lleno de entusiasmo, lo acompañé.

Llegamos y en ese momento estaban indecisos en cuanto a si se construían o no escalones que facilitaran la bajada, y si se construía alguna estafeta de información para los eventuales visitantes.

A mi me embargaron sentimientos contrapuestos.

Por un lado, reconocía la importancia de la puesta en relieve de esta reliquia histórica para el engrandecimiento de nuestra actividad cultural; por otro, temía que la apertura de nuevos accesos en esta zona de fragilidad ecológica podría causar un daño irreversible.

Sobre mi consciencia pesaba mucho la barbarie que ante los ojos de todos se ha estado cometiendo en los terrenos de la Ciénaga de los Bermúdez y aledaños, en que la mano “civilizada” se ha empecinado en destruir los recursos naturales y mermar las fuentes de agua mediante una explotación salvaje, sin reacción de las autoridades medio ambientales.

La preocupación fue mayor cuando me enteré ahí, en ese lugar, que ya es frecuente el cruce de esas lomas en vehículos de doble tracción, desde La Ciénaga de Manabao en Jarabacoa hasta la de Los Bermúdez, en La Culata, y al comprobar la tierra arrasada en que se ha convertido todo esa zona.

Tengo la duda de que estemos suficientemente preparados o educados para aprender a respetar y preservar estas joyas dejadas por civilizaciones antiguas.

Pero, estas son dos líneas de acción diferentes, que no tienen por qué colidir.

Ahora, el amigo José, incansable y siempre tratando de dejar lo mejor de si mismo para el engrandecimiento de su terruño, en una conferencia que acaba de pronunciar dentro de un programa de proyectos que patrocina el Ministerio de Cultura, ha dejado testimonio del resultado de su trabajo desinteresado, hecho con amor profundo por su pueblo.

En efecto, informó que el proyecto de restauración ambiental y monumental de la Piedra Letrada está prácticamente terminado, con el concurso del Ministerio de Cultura y del Museo del Hombre Dominicano.

Estarían pendientes de concluir cuatro aspectos: a) ambientación; b) señalización; c) plan de manejo institucional para su administración y mantenimiento; y d) el programa educativo para guías y comunidad local.

Diríamos que también estaría por definir la custodia de ese importante monumento, para que se preserve bien.

En la conferencia pronunciada, José Peralta Michel se refirió a la existencia de otras dos manifestaciones de cultura taína: la gruta situada en la loma de los Amaceyes, entre Tireo y Bonao, y en la loma Los Huesos, entre Las Palmas y Bonao, donde también existen grabados. Puede que esos tres sean los monumentos indígenas de mayor importancia en el país.

José Peralta Michel no necesita, ni mucho menos pretende que nadie pondere su labor callada, su dedicación absoluta por elevar el grado de civismo de su pueblo, su afán de servicio permanente a la comunidad.

En cambio, yo creo que la población, sobre todo la juventud, sí necesita que se ponga de relieve la trayectoria de iluminados como él, maestros de la dominicanidad, del buen hacer, del civismo, y del comportamiento apropiado, para que nos ayude a hacer resplandecer el camino de nuestro desarrollo.

Sencillamente, gracias José, por tus enseñanzas y ejemplo. Prefiero decírtelo en vida, y no luego que la sombra nos cubra a todos.

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