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“La pieza de hoy”

Eduardo Antonio García Vásquez fue el único de los cinco organizadores del complot que tuvo la dicha de sobrevivir.

A continuación, un extracto de mis palabras pronunciadas en acto del Museo de la Resistencia:

La pieza de hoy de este Museo de la Resistencia, 2 de mayo de 2019, es la copia de los apuntes que Eduardo Antonio García Vásquez, mi padre, escribió en Madrid, España, en 1964, sobre la conspiración del 30 de Mayo.

Es el único documento que existe sobre los pormenores de esa conspiración, escrito desde la perspectiva de un integrante de la conjura, con visión abarcadora. Y de ahí su gran valor.

En estos apuntes se dan detalles del inicio de la conspiración, cómo y en qué momento se fueron incorporando los participantes, el sistema celular, las armas, quiénes intervinieron, dónde se guardaron, el plan de acción, disposición de los atacantes e intentos anteriores, pues los hubo.

Se narra el plan de la toma del poder: apresar por sorpresa a la cúpula política y militar y disponer medidas inmediatas desde la secretaría de las fuerzas armadas, a la espera del pronunciamiento favorable de oficiales de alto rango, afines al grupo.

Y transmitir por la radio una proclama grabada previamente, al tiempo que simultáneamente se tomaba por asalto La Voz Dominicana para llamar a los militares y a la población a que secundaran el movimiento. Esta última estrategia se utilizó con éxito en la guerra civil de 1965.

El plan político consistía en formar un gobierno de transición, llamar a elecciones, dar inicio a un régimen democrático. Y crear tribunales especiales que juzgaran a los culpables del terror y del desfalco a las arcas públicas, para terminar con la impunidad. En este sentido, era un movimiento regenerador.

El grupo no estaba embelesado por retener el poder en caso de que lo hubiera alcanzado, sino centrado en dar inicio al cambio que permitiera a la población el disfrute de las libertades.

La gran motivación que los movió fue vivir en libertad.

En estos apuntes se relatan también estampas intensas vividas por los héroes y mártires del 30 de Mayo en la cárcel, en las que se retrata su grandeza y envergadura moral.

Eduardo Antonio García Vásquez fue el único de los cinco organizadores del complot que tuvo la dicha de sobrevivir. Los otros cuatro eran Juan Tomás Díaz Quezada y Antonio de la Maza Vásquez, líderes indiscutibles, Miguel Ángel Báez Díaz y Modesto Díaz Quezada.

Los demás sobrevivientes fueron Antonio Imbert, Luis Amiama Tio, Miguel Bissié, Bienvenido García Vásquez, Ángel Severo Cabral, Manuel de Ovin Filpo. Ninguno de ellos tenía la visión completa de la gesta.

El grupo implicado directamente en el complot lo completaban Ernesto, Mario y Bolívar de la Maza, Pedro Livio Cedeño, Salvador Estrella Sadhalá, Huáscar Tejeda Pimentel, Roberto Pastoriza Neret, Amado García Guerrero, Tunti Cáceres Michel y el general José René Román Fernández, quienes no tuvieron la oportunidad de contemplar el cambio de régimen y pagaron con sus vidas su entrega a la causa de la libertad. Hubo otras personalidades, militares y civiles, con las cuales se contaba para dar apoyo al movimiento.

Los servicios de inteligencia, en su incompetencia, dejaron marcados los nombres de los integrantes de la trama. Y esos fueron los que la historia recogió como tales.

En la cárcel todos trataron de eludir el peso de las torturas, negando conocimientos y vinculaciones del hecho.

Y muy pronto se produjo la glorificación de dos de los miembros del grupo que no pudieron ser apresados, y fueron elevados a la categoría de héroes nacionales, con lo cual resultaba indecoroso reclamar participación alguna en el complot.

Eduardo Antonio García Vásquez trató en 1964 de que se supiera la verdad de la conjura para que no quedara distorsionada en la historia, a través de la celebración de una mesa redonda entre aquellos más cercanos a la conspiración. Fue imposible y entonces, para no dañar, prefirió callar.

A pesar de todo, el paso del tiempo ha ido poniendo cada cosa en su lugar.

Permítanme agregar cuatro detalles sobre Eduardo Antonio García Vásquez.

En 1962, en calidad de Procurador General de la República, puso en marcha el tribunal especial que juzgó y condenó a los criminales que troncharon la vida de las hermanas Mirabal y encaminó otros juicios. Y procedió a la confiscación de los bienes mal habidos por los personeros del régimen.

En 1962 visitó los cuarteles del país en momentos de fermento de golpe de Estado, para explicar a los oficiales que la justicia se proponía juzgar a aquellos militares que habían deshonrado al cuerpo militar por su participación en hechos criminales, y no a aquellos con hoja de servicio limpia.

En 1963, aceptó de Juan Bosch la designación como embajador en España y gestionó la extradición de Ramfis Trujillo, esfuerzo obstaculizado por el generalísimo Francisco Franco.

En 1965, siendo embajador dominicano en Argentina, proclamó ante los medios de comunicación que “el desembarco es una acción intolerable. La acción unilateral que condeno es una herida a nuestra dignidad y un agravio a nuestra soberanía. Se usó para acometerla la bandera norteamericana.”

Ese es el perfil a quien pertenece la pieza del día de este Museo de la Resistencia.

TEMAS -

Eduardo García Michel, mocano. Economista. Laboró en el BNV, Banco Central, Relaciones Exteriores. Fue miembro titular de la Junta Monetaria y profesor de la UASD. Socio fundador de Ecocaribe y Fundación Siglo 21. Autor de varios libros. Articulista.