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La vida perfecta existe, está en las redes sociales

Las redes sociales se han convertido en una obra de teatro repleta de vidas perfectas, relaciones felices, apasionadas y sin problemas, juventud eterna, sonrisas perennes. Los actos son tan maravillosos como permita la imaginación.

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La vida perfecta existe, está en las redes sociales

Mi amiga me invitó a tomar un “café conversado”. Todas las mujeres sabemos lo que eso significa. Existe un tema importante que requiere atención inmediata.

Durante el tiempo que pasamos juntas me explicaba que no aguantaba más a su pareja y que estaba organizando sus cosas para terminar la relación. Con detalles relataba ejemplos de la indiferencia, maltratos, infidelidad y egoísmo de ese, a quien antes consideraba su complemento perfecto. Yo escuchaba, la invitaba al análisis racional de los casos que exponía y juntas fuimos dando forma al fondo. Ella, con tristeza, reafirmaba que lo suyo era un proyecto fallido, y su decisión de terminar la relación lo antes posible era irrevocable.

Nos abrazamos, nos despedimos y le reiteré que contaba con mi apoyo y con el de todos los que la queríamos. Se avecinaba un tiempo difícil, pero no estaría sola.

Esa noche revisando las notificaciones de mis redes sociales, la primera foto que encontré fue la de mi amiga, quien sonriendo amorosa junto a su pareja, en el interior de su vehículo, escribió al pie de la misma “salidita con mi amor”. En los hashtags leía #mylove #nosotros y otras alusiones a una relación romántica en su mejor momento.

Me quedé perpleja. ¿Es esta la misma persona que en la mañana develaba todas las miserias y sombras del susodicho mientras anunciaba el inevitable final?

Dos días después coincidimos en un lugar y le comenté cuánto me alegraba de haberla visto tan feliz en la foto, pues parecía que las cosas habían dado un giro de 360 grados. Me respondió que todo seguía exactamente igual y su decisión también. La supuesta velada de amor era en realidad un compromiso familiar ineludible, y sonriendo con un dejo de tristeza me dijo que había publicado la foto porque “las redes lo aguantan todo”.

Mi amiga tenía razón. Las redes sociales se han convertido en una obra de teatro repleta de vidas perfectas, relaciones felices, apasionadas y sin problemas, juventud eterna, sonrisas perennes. Los actos son tan maravillosos como permita la imaginación. Nadie incluye en el guión argumentos tristes, aburridos, o conflictivos. Esos que todos los seres humanos vivimos. Si los publicaran, lograrían muy pocos “me gusta” y su cuenta perdería interés. Sin embargo, detrás de tanta belleza y vidas fabulosas se están generando preocupantes trastornos de salud mental.

El fenómeno ha sido objeto de varios estudios científicos. Uno de ellos, realizado por la Universidad de California comprobó cómo demostrar a los demás cuán felices somos llega a convertirse en obsesión; así mismo el enorme stress y frustración que genera ver tantas relaciones perfectas a aquellos que están atravesando por crisis o están separados, entre muchas otras significativas conclusiones. Por supuesto, a las consultas psicológicas llegan cada vez más pacientes afectados por las consecuencias de estas interacciones disfuncionales.

Proyectar tanta felicidad y una vida perfecta confunde a amigos y familiares que no perciben a tiempo un proceso de depresión, como el de la joven norteamericana que una hora antes de lanzarse al vacío, desde la azotea de un edificio, continuaba posteando fotos de escenas navideñas donde todo lucía perfecto. Así mismo, publicar constantemente sobre una vida de cuentos de hadas y, además, glamorosa requiere de gastos constantes. Muchos llegan a hundirse en deudas con tal de poder publicar marcas de diseñadores con las que se adornan en cada una de sus actividades sociales, así como lugares exclusivos y caros en los que se encuentran “disfrutando”.

Muchos envidian, comparan, sufren, se deprimen. Anhelan poder tener o vivir todo lo que los demás publican. Pero, ¿y, si tal vez tantos selfies solo disimulan una gran soledad? ¿Cuántas fotos de abrazos y besos estarán maquillando el hastío y las infidelidades? ¿Cuántas ropas, carteras y zapatos costosos serán el fruto de varias tarjetas de crédito en el Departamento Legal de los bancos? Y es que las plataformas sociales se han convertido en una gran red de mentiras compartidas que todos hemos acordado creer.

Recordemos que, como humanos, ninguna miseria nos es ajena. Sufrimos, lloramos, peleamos, nos desilusionamos. Esa es la realidad. No existe relación ni vida perfecta. Donde hay luz, hay sombra. Donde hay día hay noche. Disfrutemos de las redes, claro que sí, pero les invito a colocar todo lo que se publica en ellas en su justo lugar.

La autora es Psicóloga Clínica

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